31- 30 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DEL HOMBRE A LA LUNA. Por Miguel-A. Cibrián, FAer.
Mañana se cumplen 30 años desde aquel 20 de julio de 1969 en el cual el Apolo 11 lanzado desde Cabo Cañaveral llevó al ser humano por primera vez a la luna. Neil Amstong y Edwin Aldrin fueron los primeros seres humanos en poner sus pies en el suelo lunar de aquel paraje denominado Mar de la Tranquilidad.
Confieso que esta hazaña, calificada de histórica, pasó totalmente desapercibida para mí. No me extraña. Yo estaba a punto de cumplir 15 años y "disfrutando de las vacaciones veraniegas" en casa de mis padres. Y he entrecomillado lo de disfrutar de las vacaciones, porque el trabajo de la recolección en aquellos tiempos era tan intenso que hubiese sido "pecado mortal enchufarse" a una radio. Tampoco me enteré a mi regreso al Seminario. En una pretendida preservación de nuestra vocación de "la contaminación exterior", apenas nos dejaban acceso a los periódicos hasta sexto curso, aproximadamente a los 17 años. Solamente podíamos leer los estrictamente deportivos como "As" y "Marca", y siempre que lo hiciésemos con moderación. Por ejemplo, los cromos de los futbolistas nos eran requisados, porque coleccionar cromos no era moderación. Teníamos acceso completamente libre a la biblioteca... pero, como es fácil suponer, todos los libros allí existes estaban fichados y habían pasado por el filtro de la censura. Recuerdo que solíamos escaparnos a un kiosco a comprar y cambiar novelas, usadas, del oeste del prolífico Marcial Lafuente Estefanía para leerlas a escondidas, incluso en la cama debajo de las mantas a la luz de una linterna de pilas. Estas normas censoriales eran absurdas, porque cuando salíamos de vacaciones perdíamos el culo para comprar las peores de las bazofias, como "El Caso", las revistas del corazón, o las foto-novelas. Y por supuesto, allí no estaba permitida la radio, y de la televisión solamente nos dejaban ver algunos partidos de fútbol, o alguna película muy seleccionada.
Creo que de la llegada a la luna me enteré cuando, al año siguiente, los editores decidieron añadirlo a bombo y platillo a los libros de texto de Historia. Creo que lo presentaban como el fin de una era y el comienzo de otra, con la famosa frase de Neil Astrong al dar sus pasos por el suelo lunar: "Un pequeño paso del hombre es un salto de gigante para la humanidad". En los libros de texto figuraba como algo solamente comparable a cuando Cristóbal Colón puso sus pies en el continente Americano. Lo cual, dicho sea de paso, es la más absurda de todas las gilipolladas oídas, porque en América había Americanos, y en la luna todo el mundo sabía que no había nada de nada... y ni siquiera había selenitas a quienes los nuevos conquistadores podrían asombrar con sus caballos de acero, o aportarles un poquito de nuestra cultura ...ni tampoco podrían traer nada de sus civilizaciones... ni siquiera cultivos de patatas, café, cacao, o tabaco... solamente podrían traerse unos pedruscos para que los científicos de los laboratorios discutiesen su edad en miles de millones de años.
Dicen que la historia no debiera contarse a renglón seguido sin dejarla reposar. No hicieron caso a ese dicho y se apresuraron a añadirlo a los libros de texto de Historia... y así salió. Hoy todo el mundo sabe que en la carrera espacial se han gastado miles de billones de dólares, y otras monedas, incluso países cuyo gasto en ese capítulo era una fachada para dentro esconder su precaria economía. Fue un gasto con escasísimo interés científico aparte de técnicas para la instalación de satélites de tele-comunicaciones. En realidad, era eso, solamente una carrera espacial, una competición entre las grandes superpotencias por ver quien se hacía las mejores "afotos". Y, en aquella ocasión, la bandera de USA se hizo la primera "afoto" junto a Neil Amstong y Edwin Aldrin en el paisaje lunar lleno de cráteres.
Esta carrera espacial puede parecer tanta locura como la pugna entre vecinos/as por tener mejor coche o el abrigo de visón más elegante, aunque haya que apretarse el cinturón en otras cuestiones de más necesidad. Y a uno le queda la duda de si esta clase de derroches, como todos los derroches, no habrá sido mirar para otro lado para no oír los gritos de una gran parte de la población mundial empobrecida que malvive e, incluso, muere de hambre mientras los ricos van a la luna para hacerse "afotos" y traer pedruscos de recuerdo.
Cualquiera de los inventos de la humanidad, llámense imprenta, corriente eléctrica, penicilina, etc., fueron más saltos de gigante que los primeros pasos del hombre en la luna. ˇLogros, sí, pero no a cualquier precio!.