43- "¡MALDITA SILLA!". Por Darío Pérez (paciente de ataxia paraneoplásica).

Cuando ocurrió este suceso, mi hijo, que ahora tiene once años, tenía solamente cuatro y algunos meses. Por aquel entonces, apenas hacía un año que yo había comenzado a utilizar la silla de ruedas. Respecto a la silla, el desenlace de mi enfermedad había sido muy brusco: De caminar y correr casi con normalidad, pasé a convertirme en usuario de una silla de ruedas. Y he dicho "casi con normalidad", porque tenía un cáncer de pulmón que hasta aquel momento ignoraba. Fueron unos meses de diferencia: en dos o tres meses pasé de gozar de buena salud a la necesidad de utilizar una silla de ruedas.

El crío debió oírme muchas veces utilizar palabras entre queja y maldición contra la silla: Algo así como "¡maldita silla!". La mañana en que ocurrió el suceso, Belén había salido de compras y nos había dejado durmiendo. Sonó el timbre de la puerta, desperté... fui a levantarme pero la silla no estaba al lado de mi cama como era costumbre. El timbre siguió sonando insistentemente. Vino a mi habitación el niño en pijama y le pregunté:

- ¿Dónde está la silla?, búscala y tráemela.

- No hay más "maldita silla" -respondió el niño-. Papá, levántate, ya no hay "mierda de silla". Yo te enseño a andar, mira.

El timbre no paraba de sonar.

- Darío, hijo, ve a la puerta y grita -le pedí.

- ¡No puedo abrir! ¡No pasa nada! ¡Ahora vendrá mi mamá!.

Llamé por teléfono a un vecino y le expliqué lo que dentro de casa sucedía.

Todo lo que en realidad ocurrió fue que al salir Belén no había cerrado bien la puerta... el chaval se despertó y vio a su padre dormido y a su lado la "horrible causante de que su papá no pudiera andar"... y se la llevó a la puerta, abrió y la tiró escaleras abajo. El timbre lo habían hecho sonar el portero y unos vecinos que se habían encontrado la silla volcada en un descansillo de las escaleras.

Después de aquel suceso, nunca más me ha oído nadie denostar a ninguna de mis queridas sillas Manola (en honor a moverse manualmente) y Gary (a la de baterías en recuerdo del Americano sentenciado a la silla eléctrica).