56- VIAJE A BILBAO. Por Cristina Fernández Amado, paciente de Ataxia de Friedreich, de Gijón.

El sábado, 1 de Abril del 2.000, a las ocho de la mañana salí desde Gijón rumbo a Bilbao para ver el museo Guggenheim, y también, aprovechando el viaje, para conocer a nuestra "colega" FAer Ana Leguina. Íbamos 20 amigos en el autobús. Del viaje de ida no os cuento nada, pues a esas horas, tan tempranas, soy solamente "un bulto sospechoso";-).

Llegamos al museo hacia las 12 de la mañana. El edificio por fuera es muy original e impresionante. Hacía sol y el titanio lo reflejaba con mil matices.

Llegó Ana Leguina a nuestra cita, pero nuestra charla fue brevísima, pues ella se iba a comer a Santurce. Aún así, me gustó el encuentro, conocerla, y ver que somos de carne y hueso, y no "entes" que brujuleamos en las ondas de Internet ;-).

Una vez dentro del museo, el interior del edificio sigue impresionando tanto como el exterior: no hay líneas rectas y las dimensiones son espectaculares. Hasta el día 23 de Abril hay una preciosa exposición de motos antiguas -ˇatención moteros!-. En la cual hay desde motos con ruedas de madera y antiguos sidecares, hasta modelos emblemáticos de Derbi, BMW, Harley, Bultaco, Honda, etc.

En las plantas superiores del museo hay exposiciones de pintura moderna y algún montaje de objetos que son originales. Hay un expositor lleno de objetos de cristal que al pasar vibra y parece que te cae encima. Yo de arte no opino, porque sólo me muevo por sensaciones y sería posible que metiera la pata.

En resumen, MERECE LA PENA conocer el Guggenheim y sentirte como una diminuta pulga bajo sus inmensas cristaleras y placas de Titanio. Yo espero poder volver en alguna otra ocasión.