64- EL COJÍN DE GOMAESPUMA. Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich.
Cristina, dirigiéndose a Antonio-J., escribió: "No te recomiendo la amputación, es algo muy "aparatoso" ;-). Se me ocurre... ży si pones una cuña de gomaespuma forrada para elevar un poco la parte delantera del cojín?. Mi madre es experta en esos apaños caseros, así que si quieres díme las medidas y el color de tu silla y lo forramos con una tela "ad hoc" ;-)". (Cristina).
Debido a la necesidad de estar sentado de forma permanente sobre la silla de ruedas, en una ocasión, tuve numerosas molestias en trasero durante bastante tiempo. Por tal cosa, le pregunté a un amigo parapléjico residente en Móstoles (Madrid), que venía todos los años a hacerme una visita, acerca de las propiedades de su cojín y dónde podría comprar uno similar.
- Mira adquirirlo es sumamente fácil -me dijo-, además esta clase de cojines son muy baratos. Vete a una colchonería y pides un cojín de espuma dura, de 40 kilos de presión, y de las medidas exactas del asiento de tu silla. Y luego, cuando lo tengas, que te lo forre tu madre.
Hice el encargo de comprarlo a mi hermana que vive en Burgos. Y, una semana después, me mandó a la mierda:
- Tú te crees que voy a seguir haciendo el ridículo -me recriminó-. Ya he estado en cuatro tiendas, y nadie sabe nada de tales cojines ni entiende de lo que estoy hablando. Me miran como si estuviera loca.
Cuando escribí una de las cartas que habitualmente solía enviar carta al amigo parapléjico, le conté lo sucedido. Y a la vez siguiente que vino por aquí, me trajo él un cojín de gomaespuma sin forrar.
Era un taco gordo de espuma que, como decía él, aguantaba 40 kilos. Claro, yo allí arriba sobre aquel grueso taco, con 60 kilos de peso, apenas lo hundía, y con mis cortas "patas" de 1,60 de estatura parecía que estuviera colgado en los cielos y mis "patas" no llegaba ni siquiera a los posapiés :-))). Por lo cual, ante tal complicación, quedó desechado inmediatamente sin que pidiera forrarlo a mi madre.