69- EL GRAN ENGAÑO DE LA COMUNIDAD. Por Vicente Sáez Vallés, paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.

Con este título me refiero a que hay una diferencia entre lo que nos pide la sociedad como atáxicos (o minusválidos) y lo que nos da. Este texto lo presenté en un congreso intentando explicar por qué la sociedad no atiende nuestras quejas, básicamente humanas (como supresión de barreras arquitectónicas, medicamentos, transporte, etc). Parecen demandas lógicas y, además, no muy costosas... ¿O no?.

Punto de vista social: El tema de la reivindicación por una imagen social (del atáxico, pero válida para cualquier otro tipo de minusválido), discurso de integración social, el hecho de que se vayan creando grupos marginales que el mismo trabajo de integración crea al separar al mismo colectivo de la comunidad, es un tema que, demasiado subrayado, pueden elevar los ideales del sujeto a alturas insospechadas. A un nivel global, se está jugando con un montón de quejas histéricas que apuntan a una situación de delirio: el minusválido se percibe como impotente y lucha contra la debilidad con delirios de control y grandeza.

PSICOLOGÍA SOCIAL: Los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS se hallan al servicio de una globalidad social que considera, o tipifica, al ciudadano medio; el sector minusválido presenta unas dimensiones que se alejan de la media en casi todos los aspectos de la vida. La publicidad utiliza todo tipo de recursos para mantenerse; suelen ser segregacionistas con el colectivo de discapacitados porque usan unos estándares (a imitar) que suelen ser deficiencias, como la apariencia del cuerpo, la presión social... Los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS dan una imagen distorsionada, porque no van dirigodos a la comunidad, sino a las listas de audiencia o a los histogramas de las empresas. Lo peor es que hay una fuerte demanda social a los minusválidos que no es devuelta desde los mass-media, ofreciendo esa imagen distorsionada. Éste es "el gran engaño de la comunidad".

Otro hecho es que el discapacitado suele recibir un tratamiento angustioso: salvo si son científicos famosos, o artistas, o han hecho algo muy especial... Es decir, el minusválido para salir en la tele tiene que ser maravilloso y, encima, sufrir mucho en el escenario social planteado... Lo cierto es que imponen una NECESIDAD DE SER al "MINUSVALIDO NORMAL". Me atrevería a decir que es muy difícil ser "Minusválido normal", rara vez aparecen los "minusválidos normales"; la sociedad, nos lo pone un poco más difícil.

En ocasiones se trata al disminuido desde el plano negativo: las consecuencias nefastas de la guerra. Los discapacitados sufren el sinsentido de la guerra y de la incomprensión de los hombres... O sea, es todo malo. El mundo del disminuido es malo, ¿y qué hace el sujeto social con lo malo? ¿Es duro decir, que lo enquista y lo expulsa o sólo paranoico? También el sensacionalismo (el mensaje triunfalista de los descubrimientos científicos, por ejemplo del Genoma, pienso que genera expectativas utópicas), el punto de campañas negativas (salud social, todo lo que tiene que hacer el disminuido, todo lo que los demás ciudadanos o instituciones hacen mal...) o el tratamiento o uso político de empresas o partidos o gobiernos de contratar a minusválidos o dar no sé qué cosas, no dan otra imagen más que de carga que precisa beneficencia, caridad...

En resumen: hay varios roles sociales a los cuales, la comunidad social obliga a adaptarse a los minusválidos:

1- O se es maravilloso (atractivo, inteligente, culto, artista o científico, cosmopolita y con una habilidad de conversación que enamore a chicas y chicos.

2- O se es muy desgraciado y se ha ido a mal (debido a la guerra, a una enfermedad muy grave, accidente...

3- O eres un famoso deportista y tienes una gran capacidad de sufrimiento.

Si no te apuntas a nada de esto, vas directamente a "Marginación land". O siempre puedes romper tu carné de minusválido y dedicarte a vivir de otra manera (pertenecer a una minoría racial, o ser misionero, o drogata...).

Personalmente, he elegido ser guapo :-).



Miguel-A. escribió: Personalmente creo que somos la excepción, además sin peso especifico impuesto por nuestras circunstancias. Desgraciadamente, el "tanto tienes... tanto vales", o "el pez grande se come al chico" son monedas de curso legal en la sociedad. Muchas veces, la solidaridad es engañosa y va dirigida a un lavado de imagen y a apuntarse inexistentes tantos por los políticos de la poltrona.