131- DEBEMOS MEDIR NUESTRA ESTATURA NO DEL SUELO A NUESTRA CABEZA, SINO DE NUESTRA CABEZA AL CIELO. Por Jerry López, paciente de ataxia, de México.

Y bien, no soy muy bueno en esto de enviar postales o tarjetas de felicitación, pero deseaba unirme a vosotros y expresaros mi cariño y gratitud por mil cosas. Y, recapacitando, me dí cuenta de que la vida sólo es del tamaño que queremos que sea:

Cuando descubrí mi discapacidad quise esconderme del mundo: quise salir corriendo de la pantalla y quedarme escondido como el hombre elefante. Y, sin darme cuenta, me alejé de mis amigos y de la sociedad: No, no fueron mis amigos ni la sociedad los que se alejaron de mí, como quise creer en un principio: fui yo quien se alejó de ellos.

Pasado algún tiempo, fuí invitado a repetir una vieja conferencia dada sobre liderazgo y desarrollo personal en diversos foros. Sin embargo, había una "pequeña" diferencia: ya no me sentía seguro para hablar en público y mi autoestima se contraponía a cuanto debía decir para motivar a la audiencia. Por ello, cada vez que me debía dirigir a un público, temblaba, sufría y, además, me decía: "Eres un mentiroso. ¿Porqué no comienzas tú a practicar lo que tanto pregonas?".

Amigos, me doy cuenta que he despertado al mundo... que cada uno de nosotros somos del tamaño que queremos ponernos: Efectivamente, debemos medir nuestra estatura no del suelo a nuestra cabeza, sino de nuestra cabeza al cielo. La intensidad de nuestros sueños no está discapacitada: El sol sale cada día con una nueva promesa y la luna llega con una nueva esperanza.

Me costó trabajo entender, porque quise entender a la vida. Debí comenzar por intentar entenderme a mí mismo que soy más complicado. Cada ser es tan grande como el mismo infinito y, a su vez, cada uno carga sus distintas penas envueltas en un costal diferente para cada día... y debemos comprender a los demás, pues nuestro costal, al igual que el suyo, también es muy pesado.

No podemos aprender a amar sin saber amarnos nosotros primero. No podemos corresponder con indiferencia sólo porque nuestros corazones han sido golpeados alguna vez. Si en vez de guardar rencores, guardáramos los buenos momentos, seríamos sencillamente mejores y veríamos las cosas más claras.

No somos parte de la vida: la vida es parte de nosotros. No debemos fijarnos metas, sino objetivos. La verdadera meta está más allá de nuestros pensamientos.

El ser humanos nos ha hecho vanidosos y engreídos. Por ello, hemos violado a la naturaleza misma sin resentimiento alguno. Sin embargo, siendo realistas, sólo somos animales con capacidad de razonamiento, pero no con razón, aún cuando siempre creemos tenerla. La razón debe ser un fundamento y no una forma de vivir.

Debemos ser personas con determinación: pues es momento "de-terminar" con nuestros lastres... "de-terminar" con nuestras limitaciones... "de-terminar" con nuestros rencores... "de-terminar" con nuestros viejos hábitos... "de- terminar" de ser buenos y pensar en ser mejores.

Esto viene amigos a una sola cosa y a una sola causa: esta lista de correos de HispAtaxia me ha enseñado y me ha devuelto esta cordura. Estoy de acuerdo con Neri, con Alex, con Darío, y con todos aquellos que han expresado similares ideas. Aquí encontré a ese pequeñín que estaba perdido... encontré a esa mano que no veía... encontré a esos seres de paz y de amistad que necesitaba... encontré momentos de diversión y otros de pensamiento y meditación. Amigos/as, gracias a todos y cada uno de vosotros... gracias por ser tan distintos en su igualdad y tan lejanos en su cercanía, tan enormes en su inmensidad y tan cálidos en su corazón.

¡¡¡Feliz año nuevo!!!.