139- "NO BUSCO COMPASIÓN, SINO QUE GUSTE UN CORTO BIEN HECHO". Por Marian Navarcorena. Copiado de "El Periódico de Aragón", 02/04/2002.

Cristina Sáez (afectada por Ataxia de Friedreich) estrena el corto "La Cit@", que ella misma ha escrito y protagonizado.

"No busco compasión, sino que guste un corto bien hecho", dice Cristina Sáez.

El jueves se estrenan en Zaragoza, en el salón de actos de la CAI (Independencia, 10), los cortometrajes aragoneses La Cit@ , de Octavio Lasheras, y Jinetes en la tormenta , de Pablo Aragüés; ambas coproducidas por Creación Audiovisual. Una presentación doblemente importante, donde una película bélica filmada en Belchite y una romántica aventura mostrarán el estado en que se encuentra el cine aragonés.

Sin embargo, a la particular dificultad que para ambas cintas supone el ver la luz, en el caso concreto de La Cit@ se suma la circunstancia de que está protagonizada y escrita por la zaragozana Cristina Sáez Vallés, una mujer de 39 años que sufre una enfermedad degenerativa muscular que la obliga a sentarse en su inseparable silla de ruedas.

El tesón de Cristina Sáez y su historia sobre un encuentro a través de Internet hizo que el proyecto, con un coste de más de 6.000 euros, saliera adelante. Dirigido por Octavio Lasheras (ganador junto con Anna Utrecht del último maratón de guiones del Festival Incurt de Lérida), en su realización han intervenido actores de la talla de Paco Luque (Sebas en la serie Policías), o Edurne Azuara (consagrada en ETB-1).

Ambos cortos llegan a Zaragoza precedidos del éxito cosechado en Madrid, en un pase celebrado el 29 de enero en el Círculo de Bellas Artes. "Es verdad que este corto sirve para autopromocionarme en un medio muy duro para una persona minusválida, pero lo que yo no quiero es compasión, sino que guste un trabajo bien hecho", insiste Cristina Sáez.

La entereza y el ímpetu de Cristina contagió a toda la Escuela de Cine de Aragón, dirigida por Octavio Lasheras, cuando hace tres años se presentó como alumna. "Entonces me daba mucho miedo el rechazo. Yo siempre he tenido muy claro lo que quería, pero la gente es muy mala y ha habido quienes se reían y me decían que nunca sería actriz", reconoce sin pudor.

Su atracción por el mundo del espectáculo le viene de niña. Ya con 16 años formaba parte de grupos de teatro y, cuando comprobó cómo, poco a poco, su enfermedad se iba extendiendo, se lanzó al teatro experimental, y "cuando vi un anuncio de la Escuela de Cine me apunté, y así empezó todo", recuerda.