151- DE CARACAS A BUENOS AIRES, III. Por Calogero Schembre, paciente de ataxia, de Venezuela.

(Anterior).

XXI

Con los dos pasajeros pronto entramos en confianza. Eran padre e hijo, Antonio y Gerardo. Venían desde Córdoba (al norte de Buenos Aires). Antonio era la muestra anticipada de lo que iba a acontecer en Argentina: Personas de clase media que de pronto, al quedarse sin trabajo en su ciudad, se veían forzadas a buscar laburo (trabajo) en otro sitio. En su caso, quería llegar a Río Gallegos, ciudad donde podrían encontrar un trabajo. El dinero que tenían les alcanzó para hacer Córdoba-San Antonio, el resto lo harían a dedo.

En una parada que hicimos, donde fue muy difícil que nos aceptaran un chocolate, se dieron cuenta de mis limitaciones conduciendo, y de hay en adelante Antonio, por cortesía, no quiso dejar el volante.

Al llegar a Comodoro Rivadavia, alquilamos dos habitaciones en vez de una, y al llegar a Río Gallegos les alquilamos otra habitación, para que fueran a buscar trabajo en forma presentable.

Antonio me enseñó lo necesario para conducir en nieve. Le hice caso. Fue muy difícil que Antonio aceptara algo para vivir unos días mientras conseguían laburo.

De Río Gallegos a la frontera con Chile (monte Ayrmont) sólo había 55 km. y otro tanto al Estrecho de Magallanes.

La Isla Tierra de Fuego es compartida entre Chile y Argentina. Ushuaia queda en territorio argentino. De forma tal que para llegar a Ushuaia hay que usar el pasaporte para ingresar a Chile y después para salir e ingresar a la Argentina.



XXII

En la Patagonia en invierno los días son muy cortos: anochece a las 4 PM, pero como estábamos en Chile anochecía a las 3 PM. En Tierra del Fuego comenzó a nevar copiosamente. A esa hora tuvimos que buscar albergue en un pueblo denominado Cerro Sombrero.

Hubo que descansar sin estar cansado. Al día siguiente salimos muy temprano. Pasamos la frontera para llegar a la capital Río Grande. Esto lo hicimos en varias horas. Al salir de Río Grande, los camiones obstaculizaban la vía y estaban poniendo cadenas en las ruedas. Eso no lo podíamos hacer nosotros por no tenerlas. Supusimos que el camino de vuelta estaría así también y, tras una conversación, decidimos dar vuelta atrás y cancelar el viaje..

Para pasar el mal tiempo fuimos a una estación de servicio. Nos atendió un joven que adivinó que estábamos en problemas. Nos preguntó si conocimos la "cadena líquida". Al decirle que no, buscó un aerosol y nos lo mostró. Leí sus instrucciones. Básicamente, era algo que mejoraba enormemente la adhesión a las superficies húmedas... una aplicación a las ruedas surtía efecto durante 60 km. Al indagar más con el joven de la estación, dijo que era aceptado por la policía de caminos. ¡Hurra, no había que cancelar el viaje sino comprar suficiente "cadena liquida" para el mismo!.

Así lo hicimos: cada 60 km. me detenía, y Gladys aplicaba el aerosol a las ruedas traseras. Así, a muy baja velocidad, pudimos llegar a Ushuaia.

Ushuaia es una ciudad de 50.000 habitantes. A fines del siglo XIX, esta parte del mundo era ambicionada por Inglaterra. Los gobernantes de aquellos tiempos fundaron allí una base naval y un penal, al cual eran enviados los peores criminales de esa época y los enemigos políticos del gobierno. El penal hubo de ser construido por los mismos penados que no podían escapar por las condiciones climatológicas y la insularidad. El penal dejó de funcionar en 1.949 por denuncias hechas sobre las condiciones de vida de los penados. En la actualidad, allí existe un museo con el sugerente nombre de "Museo del Fin del Mundo".

Pasamos una semana en Ushuaia.



XXIII

Estando en Ushuaia, nos comunicamos con nuestra hija, Josephina. Llegamos al acuerdo de vernos en Puerto Madryn el sábado día 15 de septiembre. Había tiempo suficiente.

A lo largo del trayecto, en la isla se observan muchos yacimientos de gas. En los alojamientos es muy común encontrarse con trabajadores de la industria gasífera. En los terrenos que no hay yacimientos gasíferos, se encuentran muchos carneros. Aparentemente, estos animales se han adaptado a las condiciones climáticas de la zona... no así el ganado vacuno.

Empezamos a hacer el camino en sentido inverso. Usamos mucho la cadena líquida. En Tierra del Fuego la temperatura era de -10° C... Este sitio era la única posibilidad que teníamos para justificar la calefacción de nuestro vehículo (innecesaria en Venezuela). Nuestro cubículo era más agradable que cualquier alojamiento y lo preferíamos.

La ciudad argentina que habíamos escogido para descansar era Río Gallegos. Teníamos la esperanza de encontrarnos con nuestros amigos, Antonio y Gerardo, y saber si habían conseguido empleo. No los vimos. Después lentamente iniciamos la vuelta. A medida que íbamos subiendo, el clima mejoraba. Estaba llegando la primavera.



XXIV

Nos estábamos apurando para llegar a Puerto Madryn, para el viernes 10. Josephina llegaría al aeropuerto que queda relativamente cerca. El martes al salir de Comodoro Rivadavia, oímos lo de los atentados en New York y Washington. Aunque Josephine estaba muy lejos (en California), queríamos comunicarnos con ella. En la noche del miércoles, estando en Rawson, fue posible llamarla. Nos contó lo que ya sabíamos, pero, además, agregó que su salida no era segura... que pese a tener reservas hechas para el día 13, no iba a ser tan fácil volar desde los aeropuertos de USA. Por la diferencia de horario y por razones económicas, es mas fácil comunicarse por e-mail. Lo hicimos en esa misma ciudad.

La zona de la Patagonia, donde estábamos, es la provincia de Chubut cuya capital es Trelew y poblaciones como Puerto Maydrin,Gaiman, Dolavon, etc, fueron fundadas por colonos galeses. La arquitectura y tradición de estos pueblos responde a sus orígenes.

Llegamos a Puerto Maydrin buscando un ciber-café a fin de ver los e-mail de Pina (Josephina). Había varios. En su mensaje nos informaba que le había sido imposible embarcarse en el avión y que Puerto Madryn es una ciudad muy bonita: El atractivo principal es que está al frente de la Península Valdés, que es una reserva natural de fauna patagónica.

En la época de primavera los pingüinos iban a aparearse a Punta Ninfas. Se podían ver ballenas desde lanchas avistadoras, elefantes y lobos marinos... y guanacos en la carretera.



XXV

Bariloche nos quedaba relativamente cerca, pero ir hacia allá me obligaba a conducir en una vía montañosa, y yo lo estaba evitando en la medida de lo posible. Además, nuestro vehículo necesitaba con urgencia ser atendido: Sabíamos que en Buenos Aires había un concesionario... por lo que la capital de Argentina era un destino obligatorio. Pedimos al taller cita telefónica. Repetimos los asados por Río Negro, provincia de Buenos Aires, hasta llegar a la ciudad y hacer el servicio al vehículo.

Mientras viajábamos, planificábamos como iba a ser nuestro retorno a Caracas. Brasil no, porque yo me moriría en los buracos de sus carreteras. Consideramos que lo mejor era desviarnos hacia Chile, norte de Chile, Perú... Eso fue lo decidido.

Después de estar en Buenos Aires una semana, salimos. La próxima población importante es Lujan, sede del santuario de la Virgen de Lujan, patrona de Argentina. Después de esa población, a unos cuantos km. de rectas infinitas, estábamos en la provincia de San Luis. Acá el paisaje era diferente: inundaciones a lo largo de la vía. Los habitantes de esos lugares, además de tener que sufrir los problemas económicos que sufría todo el pueblo argentino, también sufrían por las inundaciones. No estaban para atender turistas. La música que sonaba era la de Sandro, que había vuelto y estaba realizando una gira por toda Argentina.

Si seguíamos por esa vía llegaríamos a la ciudad de Mendoza, en la provincia de Mendoza, famosa por sus vides y olivos. Allí nos quedamos conociendo la ciudad y sus vinos.



XXVI

Cuando pudimos salimos de Mendoza rumbo a Chile, la preocupación mía era la de tener que conducir en Los Andes. Sin embargo, sin darnos cuenta, pero con mucho miedo pasamos el Aconcagua (montaña más alta de América unos 6.959 m.). A continuación, está el Paso Libertadores que es donde se hace la frontera con Chile. Después de pasar este sitio y observar un aviso que indicaba 25 vueltas de 180° estuvimos a punto de suspender el viaje. Eran unas vueltas con bajadas, en unos cuantos Km. había que descender lo que habíamos ascendido en unos cientos de Km. El paisaje es muy bonito, pero el miedo y la presión de los camiones por detrás nos impidieron tomar fotos. Pero ya estábamos en Chile. Luego de pasar una población llamada los Andes, podíamos tomar la autopista que nos llevaría a Santiago.

Próximos a llegar a Santiago nos detuvimos en un parador turístico muy moderno: supermercados, tiendas, ect... de ese tipo no lo había visto en ningún lugar del viaje.


XXVII

Estuvimos un buen rato en el parador antes descrito y anduvimos una hora para llegar a Santiago. Mientras entrábamos en la capital, oímos un ruido en la parte trasera y, casi simultáneamente, una mujer en un auto nos hizo señas para pararnos. Gladys me previno diciéndome "mira que es el mismo robo de la ciudad de Barcelona". Sin saber explicar el porqué, me detuve haciendo caso de la mujer del auto... verificando que tenía una goma destrozada. Por estar ya inservible, dije que en la próxima estación de servicio la repararíamos. Pero fue tal la insistencia de la mujer del auto, que acepté su ayuda para cambiar la goma, Gladys, contra su voluntad, se bajó del vehículo. Un cómplice de la mujer inmediatamente tomó lo que había dejado Gladys en su asiento. La mujer fue avisada por el teléfono celular de que había sido efectuado el robo, y desapareció inmediatamente.

Hecho el inventario de lo robado, fue: una tarjeta de crédito, una cantidad menor en efectivo, la cartera de Gladys, y, además, una llanta.

Con el mismo modus operandi habíamos sido robados hacía ya un tiempo en la ciudad de Barcelona.

Ésa fue nuestra entrada en Santiago...



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