189- SUPERANDO LOS LÍMITES. Artículo sobre Abner Chamson, paciente de Ataxia de Friedreich, de Buenos Aires. Texto copiado de ACCENTURE.
Ellos ya están en carrera. Nada les impide a Abner Chamson y a Ariel Fernández correr la maratón. Dos ejemplos de cómo, cuando se quiere, se puede.
"Siempre fui muy inquieto. Me gustaba correr, jugar al fútbol y practicar otros deportes. Así es que cuando empecé a perder la coordinación de los movimientos decidí que igualmente no iba a dejar de correr. Hoy lo hago en una silla de ruedas, porque para mí el deporte es importante desde el punto de vista físico y social. Es una gran terapia". El que habla es Abner Chamson, de 34 años, quien a los 18 años comenzó a desarrollar una ataxia progresiva que diez años más tarde lo obligó a usar una silla de ruedas. Empezó a competir en el 2001 y fue el ganador de la Maratón Solidaria 2004 en su categoría.
Superar los límites que le impone la ataxia, difundir esta enfermedad poco conocida, ayudar a los que la sufren y fomentar la investigación científica son los objetivos de la organización que, con un grupo de personas que padece este mal, creó: Asociación Civil Ataxias de la Argentina.
La ataxia no es una enfermedad, sino un síntoma de algunos procesos degenerativos causados por un traumatismo o una enfermedad del sistema nervioso central. Es un deterioro en la coordinación en los movimientos musculares que puede afectar a los dedos y manos, a los brazos y piernas, al cuerpo, al habla, a los movimientos oculares, al mecanismo de tragado o a la audición, entre otros.
"Se calcula que en Buenos Aires hay entre 900 y 1000 personas que tienen ataxias. La falta de información de la sociedad es un escollo para nosotros -dijo Abner-. A veces se confunde a los enfermos con borrachos, por la forma descoordinada en que caminan o se mueven".
Arriba: Ana Leguina (FAer), Mafefa (madre de atáxico), María José, Marta (madre de FAer), y Cristina Eugenia.
Abajo: Nico (FAer), Abner (FAer), y Joaco (atáxico). (Foto en Buenos Aires, en abril del 2005).
Ariel Fernández tiene 8 años y una parálisis cerebral producto de un nacimiento prematuro. Pero eso no hace que Ariel se detenga. Nunca lo hizo. Corre desde que tenía pocos meses junto con su papá, Luis, que es quien impulsa la silla y con el que desarrollaron un sistema para correr.
"Se acomoda en su silla y yo le voy marcando la intensidad, de 1 a 3, de más despacio a más rápido, así él sabe cómo y cuánto debe agarrarse", contó Luis. El "team Ari" ya ganó una Maratón Solidaria y el año pasado quedó segundo, después de Abner.
"Le encanta correr. Se levanta a los gritos de alegría y va a la competencia feliz. Saluda a todo el mundo y está lleno de amigos. Correr como así también la equitación son absolutamente terapéuticos, son excelentes formas de estimularlo", dijo Mónica, su mamá.
El mensaje que tanto Ariel como Abner y sus familias quieren dar es el de abrirse a la sociedad, integrarse, en este caso, a través del deporte. Una actitud que apoyamos y fomentamos y que te invitamos a compartir con nosotros.