52- ATAXIAS CEREBELOSAS AUTOSÓMICAS RECESIVAS & CLASIFICACIÓN, ASPECTOS GENÉTICOS Y FISIOPATOLOGÍA. Por C. Espinós-Armero, P. González-Cabo, F. Palau-Martínez. Laboratorio de Genética y Medicina Molecular. Instituto de Biomedicina. CSIC. Valencia, España.

NOTA: A excepción del primero de los gráficos, esto es copia de un artículo de: Revisión en Neurociencia. Rev Neurol 2005; 41 (7): 409-422 409. © 2005, Revista de Neurología.

"Trabajo financiado por el Plan Nacional de Biomedicina del Ministerio de Educación y Ciencia, la Red Temática de Ataxias Cerebelosas (REA, G03/056) del Instituto de Salud Carlos III, el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) y la Fundació La Caixa".

INTRODUCCIÓN:

Las ataxias cerebelosas autosómicas recesivas (ARCA, del inglés, "autosomal recessive cerebellar ataxia") pertenecen a un grupo más amplio de enfermedades referido como ataxias hereditarias. Las ataxias recesivas son trastornos neurológicos que se caracterizan por degeneración o desarrollo anormal del cerebelo y de la médula espinal y, en la mayoría de los casos, por un inicio precoz antes de los 20 años de edad. Este grupo comprende un gran número de enfermedades raras de las cuales la más frecuente es la ataxia de Friedreich (FRDA). Los aspectos de su clasificación aún son controvertidos y dependen de los criterios que se apliquen. En los años ochenta del pasado siglo, Harding [1] propuso una clasificación clínica de las ataxias hereditarias basada en la edad de inicio y en los mecanismos patogénicos, si bien éstos eran todavía desconocidos para la mayoría de las enfermedades atáxicas. La mayoría de las ataxias de inicio precoz muestran un patrón de herencia autosómico recesivo y pueden clasificarse como ARCA. Algunas de ellas son trastornos no progresivos y se asocian con un desarrollo alterado del cerebelo y de sus conexiones, por lo que se consideran ataxias congénitas. Otras tienen una causa metabólica y muestran un curso progresivo o intermitente en su historia natural. El grupo más frecuente de la clasificación de Harding eran las ataxias degenerativas de causa desconocida.

Sin embargo, en los últimos 10 años los estudios genético-moleculares han cambiado el panorama global de las ataxias hereditarias, de modo que hoy en día no sólo se conoce la enfermedad definida con criterios clínicos y anatomopatológicos, sino también con criterios genéticos, lo que ha permitido replantear la clasificación de este conjunto complejo de enfermedades. Koenig [2] ha aplicado criterios topográficos y fisiopatológicos para clasificar las ARCA y distingue entre ataxias espinocerebelosas y sensitivas, ataxias cerebelosas con neuropatía sensitivomotora y ataxias cerebelosas puras. Recientemente, el grupo de Filla en Nápoles [3] ha sugerido una aproximación patogénica para la clasificación de las ataxias hereditarias. Estos autores no contemplan los aspectos genéticos y patológicos o la historia natural de la enfermedad, sino que, basándose en los mecanismos patogénicos que subyacen tras la enfermedad, dividen estos trastornos en ataxias mitocondriales -incluida la FRDA-, ataxias metabólicas, ataxias asociadas a defectos de reparación del ADN, ataxias con plegamiento y degradación anormal, ataxias causadas por canalopatías y un grupo misceláneo cuyo mecanismo patogénico se desconoce.

Con el objetivo de ofrecer una clasificación orientada clínicamente, nosotros proponemos aquí una clasificación que tiene en cuenta tanto la herencia genética como los mecanismos patogénicos. El criterio mendeliano nos permite mantener las ARCA como un grupo dentro del conjunto de las ataxias hereditarias -incluida la mayoría de las ataxias congénitas no progresivas- diferentes al grupo de ataxias cerebelosas autosómicas dominantes (ataxias espinocerebelosas del adulto y ataxias episódicas) y al pequeño grupo de las ataxias ligadas al cromosoma X.

Ello nos ofrece la ventaja de poder aplicar la herencia mendeliana al consejo genético. De acuerdo con los conocimientos actuales sobre los mecanismos moleculares, gran parte de las ARCA se pueden clasificar como (Tabla I):
·- Ataxias mitocondriales.
·- Ataxias metabólicas que incluyen las causadas por defectos enzimáticos.
·- Defectos de reparación del ADN.
·- Ataxias degenerativas de causa desconocida.
·-Ataxias congénitas o del desarrollo.

En esta revisión se va a hacer hincapié en hacer una recapitulación de los aspectos genéticos y los mecanismos patogénicos de las distintas enfermedades que se encuadran bajo el epígrafe de ARCA. En la exposición se seguirá la clasificación indicada anteriormente. En relación con la nomenclatura hemos optado por emplear las siglas inglesas a manera de denominación internacional y del catálogo "Mendelian Inheritance in Man":
( http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?db=OMIM ).

ATAXIAS MITOCONDRIALES:

Desde el descubrimiento de la frataxina como molécula de la matriz mitocondrial la FRDA se ha convertido en el prototipo de enfermedad mitocondrial causada por un gen nuclear. No obstante, no es la única ataxia que se puede considerar como mitocondrial. Hay algunos trastornos metabólicos que se pueden asociar a ataxia en los que el defecto bioquímico se ubica también en la mitocondria, como es el caso del déficit de ornitina transcarbamilasa, cuyo gen se encuentra en el cromosoma X, o como la anemia sideroblástica ligada al cromosoma X con ataxia (XLSA/A), causada por mutaciones en el gen del transportador mitocondrial ABC7.

Ataxia de Friedreich:

En 1863, Nicholaus Friedreich describió una nueva enfermedad a la que se le dio el nombre de FRDA (MIM 229300) [4,5]. La FRDA es la forma más frecuente de ataxia hereditaria en la población caucásica. En concreto, en España la prevalencia es del orden de 4,7 casos por 100.000 habitantes [6,7].

La FRDA clásica se reconoce por la presencia de una ataxia troncal y apendicular de inicio precoz, disartria, arreflexia osteotendinosa -especialmente de las extremidades inferiores-, reflejo de Babinski y la presencia de una neuropatía axonal sensitiva con velocidades de conducción motora mayores de 40 m/s. Además está asociada a una miocardiopatía, defectos esqueléticos y diabetes mellitus o intolerancia a la glucosa. Hoy en día los estudios de ligamiento genético y moleculares han permitido reconocer variantes clínicas que afectan a criterios clásicos como son las formas de inicio tardío, después de los 25 años de edad (LOFA, del inglés, "late onset Friedreich ataxia") [8] y las formas con reflejos miotáticos conservados (FARR, del inglés, "Friedreich ataxia with retained reflexes") [9].

La FRDA se diagnóstica mediante el empleo de los criterios clínicos incluidos en la definición, la detección de la miocardiopatía en el electrocardiograma o en el ecocardiograma, la presencia de una médula espinal cervical de diámetro reducido mediante resonancia magnética y, sobre todo, mediante el diagnóstico molecular de la expansión del trinucleótido guanina-adenina-adenina (GAA).

El gen de la ataxia de Friedreich y su patología molecular:

La FRDA es una ataxia espinocerebelosa de inicio precoz con una herencia autosómica recesiva. El gen "FRDA", localizado en el cromosoma 9q13, es el responsable de producir dicha enfermedad [10]. Posteriormente, debido a la existencia de familias con un fenotipo Friedreich cuyo gen mutante no estaba en 9q13 [11,12], se propuso un segundo "locus", el gen "FRDA2" localizado en el brazo corto del cromosoma 9 en la región p23-p11 [13]. El gen "FRDA", inicialmente denominado "X25", se expande a lo largo de 80 kb y consta de sietes exones, de los cuales los cinco primeros codifican para una proteína llamada frataxina [14].

La FRDA se incluye en un grupo de enfermedades hereditarias causadas por la expansión de repeticiones de un triplete. El 98 % de los cromosomas FRDA presentan una expansión anormal de repeticiones GAA localizada en el primer intrón del gen que codifica para la frataxina. El motivo GAA es polimórfico con un tamaño de distribución bimodal en la población normal, un 83 % de los alelos normales tiene entre 6-12 repeticiones y un 17 % tiene entre 12-36 repeticiones. Sin embargo, el número de repeticiones puede llegar a amplificarse unas 1.000 veces en pacientes con FRDA [14-16]. Los alelos FRDA presentan una inestabilidad meiótica y mitótica. Esta inestabilidad en el número de repeticiones GAA en los cromosomas heredados depende del sexo del progenitor: los alelos transmitidos paternalmente tienden a decrecer de manera lineal según el tamaño de la expansión, mientras que los alelos maternos pueden tanto crecer como disminuir [17,18].

Varios grupos han establecido una correlación entre el tamaño de la expansión GAA y la aparición de algunas de las características de la enfermedad. La más evidente es la relación inversamente proporcional entre la edad de inicio de la enfermedad y el tamaño del alelo que contenga menor número de repeticiones [18-22]. Esta correlación también se observa en líneas celulares de linfoblastos de pacientes con FRDA, donde la cantidad de proteína producida es menor cuanto mayor es el tamaño del alelo. Esto se debe a que la expansión del triplete GAA reduce los niveles de ARN mensajero, ya que impide la elongación durante la transcripción del gen [23-25].

La FRDA también es consecuencia de mutaciones puntuales en el gen "FRDA". Únicamente un 2 % de los cromosomas FRDA son portadores de un cambio en la secuencia que bien puede provocar una proteína truncada, imposibilitar una correcta expresión, o bien un cambio de aminoácido esencial para la función de la proteína (Tabla I) [14,16,25-38].

Patrón de expresión del gen FRDA:

El gen "FRDA" codifica para una proteína de 210 aminoácidos denominada frataxina. La frataxina no forma parte de ninguna familia conocida de proteínas. Sin embargo, se ha encontrado una alta homología en organismos tan alejados evolutivamente como las bacterias y el ratón, pasando por la levadura "Saccharomyces cerevisiae", el nematodo "Caenorhabditis elegans" y la mosca "Drosophila melanogaster". La región más conservada reside en la parte C-terminal, que corresponde a los exones 3, 4 y 5ª [39,40].

La expresión de la frataxina en humanos es muy alta en tejidos con un gran requerimiento energético, como son el corazón y la médula espinal, media en el hígado, músculo esquelético y páncreas, baja en el cerebelo, y mínima en todos los otros tejidos analizados, incluido entre ellos curiosamente el cerebro [14]. El hecho de que no se exprese mucho en el cerebro hace pensar que, a pesar de que se exprese en tejidos con alto consumo energético, debe haber otra razón para esta pauta, puesto que el cerebro consume mucha energía. Lo más destacable de este patrón es que coincide con el patrón de tejidos dañados en los pacientes.

El estudio de la expresión durante el desarrollo se ha realizado en el ratón [41] y en "Drosophila melanogaster" [39]. En "Drosophila" el patrón de expresión embrionario es ubicuo y constante durante el desarrollo y posteriormente en la edad adulta. Sin embargo, en el ratón la expresión del gen es variable tanto a lo largo del desarrollo como en los tejidos. La expresión comienza en el neuroepitelio en el día 10 del desarrollo (E10.5), y alcanza su máximo nivel en el E14.5 hasta el período posnatal. Se expresa en el sistema nervioso central, en células proliferativas y en el neuroepitelio coroideo. Hay expresión máxima en la región toracolumbar de la médula espinal, desde el E12.5. Pero, sorprendentemente, se expresa más en las columnas anteriores que en las posteriores, contrariamente a lo que se esperaría si se tienen en cuenta los efectos de la patología en los enfermos con FRDA, los cuales tienen deterioradas las columnas posteriores.

Coincidiendo con la expresión en humanos, la frataxina se encuentra en las raíces de los ganglios dorsales, así como en el corazón, hígado, intestino y músculo esquelético. Llaman la atención los órganos y tejidos como el hígado y el músculo esquelético, donde la expresión de la frataxina es muy alta, pero, sin embargo, no se ven afectados en los pacientes. La explicación podría residir en la capacidad de regeneración de estos tejidos, a diferencia de los miocardiocitos, neuronas y células pancreáticas que no son capaces de regenerarse y sí que se ven afectados en pacientes con FRDA [42].

Frataxina: localización y maduración:

La frataxina es una proteína soluble de la matriz mitocondrial, asociada a la membrana interna de la mitocondria. Las primeras observaciones para determinar la localización subcelular de frataxina se llevaron a cabo mediante el uso de la proteína fluorescente verde fusionada con la proteína homóloga de la frataxina en levadura (Yfh1p) [43, 44]. La localización mitocondrial de la frataxina endógena se demostró posteriormente por inmunocitofluorescencia, análisis por "western blot" de las distintas fracciones celulares obtenidas por centrifugación diferencial, y por microscopía inmunoelectrónica [24]. Tanto la frataxina como Yfh1p se sintetizan como una molécula precursora de mayor tamaño, y durante su internalización en la mitocondria la proteína es objeto de dos cortes proteolíticos que producen una forma intermedia y por último una forma madura. La proteína responsable de la maduración de la frataxina es la peptidasa de procesamiento mitocondrial (MPP) [45, 46]. Además de la MPP, se requieren dos componentes de la maquinaria de importación de proteínas mitocondriales, Tim44 y Ssq1, para una correcta producción del intermediario y de la forma madura de Yfh1p [47-49]. Posiblemente, Tim44 y Ssq1 intervienen en el correcto plegamiento de la frataxina, al hacer que los sitios de corte sean más accesibles a la MPP.

Modelos animales de la ataxia de Friedreich:

La utilización del modelo de levadura ha aportado una poderosa herramienta para analizar la función de la frataxina, ya que podría estar conservada a lo largo de la evolución. Con la deleción del gen "YFH1" se obtuvo una cepa mutante, yfh1D, incapaz de crecer sobre una fuente no fermentable de carbono, hecho que sugería que no podía llevar a cabo la fosforilación oxidativa. La cepa presentaba un acúmulo de hierro mitocondrial (hasta 10 veces más que la cepa salvaje) y exhibía, además, una alta sensibilidad al estrés oxidativo inducido por agentes oxidantes como el peróxido de hidrógeno o el hierro [41,4 4, 50-52]. Hay múltiples evidencias de que la frataxina de levadura y la de mamíferos son verdaderas proteínas ortólogas. La frataxina humana es capaz de complementar el defecto de las células yfh1D, y esta complementación desaparece cuando se introducen en el gen mutaciones puntuales que causan la enfermedad [52, 53].

El primer intento para crear un modelo de ratón con FRDA fue con una deleción en homocigosis del exón 4 del gen "FRDA", lo que lleva a producir una proteína truncada que no contiene el dominio más conservado [54]. Esta mutación es embrionariamente letal a los pocos días de la implantación, por lo que se sugiere que la frataxina es esencial durante el desarrollo. Esto contrasta con la situación que se observa en los pacientes con FRDA que parecen tolerar la deficiencia de frataxina durante el desarrollo, y sugiere que los humanos han desarrollado mecanismos compensatorios para superar el déficit de frataxina. Una segunda posibilidad vendría de la observación de que la gran mayoría de los pacientes con FRDA son homocigotos para la expansión de GAA, y nunca se ha encontrado un homocigoto en mutaciones puntuales. Como ya se ha comentado, la expansión parece bloquear la transcripción, y es bastante posible que se produzca suficiente frataxina en los pacientes para permitir un desarrollo normal, con la aparición gradual de la sintomatología de la enfermedad. Hay que destacar que, a diferencia de las observaciones realizadas en levadura, en el "knock-out" de ratón no hay evidencias de una acumulación de hierro en los embriones.

Posteriormente se generaron dos modelos de ratón con FRDA condicionales a través de la deleción del exón 4 del gen "FRDA": el primero en el músculo esquelético, para la línea mutante MCK bajo el control del promotor de la creatincinasa de músculo; y el segundo en tejido neuronal y músculo cardíaco, para la línea mutante NSE bajo el control del promotor de la enolasa específica de neuronas. Estos ratones reproducen tanto la fisiopatología como las características bioquímicas más importantes de la enfermedad en humanos. También demostraron que el acúmulo de hierro intramitocondrial es dependiente del tiempo, ya que ocurre después de la aparición de la patología y la inactivación de las enzimas dependientes de los "clusters" hierro-azufre (Fe-S) [55].

Estructura de la frataxina:

Se ha descrito la estructura cristalina de la frataxina humana y la estructura derivada por resonancia magnética de la proteína soluble [56,57]. Todos los estudios están de acuerdo en que la frataxina madura es una proteína compacta y globular que contiene siete hojas-b flanqueadas por dos a-hélices. En la parte central de la estructura formada por una hoja-b y una a-hélice se encuentran concentrados aminoácidos hidrofóbicos. Muchos de estos aminoácidos son necesarios para la estabilización de la estructura y no pueden reemplazarse, como se demuestra por su conservación en diferentes especies y por el efecto que tienen mutaciones puntuales que provocan cambios en estos aminoácidos. Aparentemente, algunas partes de la superficie de la frataxina están también conservadas, como es el caso de un conjunto de residuos ácidos y de un parche de residuos hidrofóbicos. El tamaño y la naturaleza de la región conservada sugieren que podría interaccionar con un ligando o posiblemente con alguna proteína.

Función de la frataxina:

Desde que se describió el gen responsable de la enfermedad, y sobre todo gracias a la generación de organismos modelos para su estudio, se han postulado diferentes funciones para la frataxina. A medida que han ido surgiendo nuevas hipótesis, éstas han ido cuestionando la anterior, aunque de alguna manera todas ellas podrían estar relacionadas, ya que una podría ser la consecuencia de la otra, o incluso la frataxina podría tener más de una función. Estas funciones hipotéticas se resumen como sigue:

Frataxina y la homeostasis del hierro:

La primera hipótesis sobre la función que podría ejercer la frataxina vino dada por las observaciones que se realizaron tanto en pacientes con AT como en el mutante de levadura del gen homólogo de frataxina ("YFH1"). En ellos se encontraba alterado el metabolismo del hierro, había un daño producido por radicales libres, y una disfunción mitocondrial [58, 59]. Por lo tanto, la frataxina se relacionó con la homeostasis del hierro.

El mutante de levadura presenta una acumulación de hierro en la mitocondria a expensas del hierro citosólico, como consecuencia de la permanente activación del sistema de importe de hierro mitocondrial. Este acúmulo de hierro podría ser la causa del estrés oxidativo, ya que el hierro puede reaccionar con especies reactivas del oxígeno (ROS) que se forman en estos orgánulos, y a través de la reacción de Fenton generar nuevas ROS, pero más tóxicas, como el radical hidroxilo (OH-), que causa peroxidación lipídica y daño en las proteínas y los ácidos nucleicos [44]. Algunas de las proteínas que más fácilmente se ven afectadas por los radicales libres son las que contienen "clusters" Fe-S, tales como los complejos I, II y III de la cadena de transporte electrónico y la aconitasa, que presentan una disminución de la actividad en fibroblastos humanos y levadura [60, 61]. Posteriormente, cuando se describió el "knock-out" de ratón lo primero que llamó la atención es que no se apreciaban depósitos de hierro, por lo que no parecía que éste fuera el defecto primario sino un efecto secundario, eso sí, de gran relevancia patogénica en el proceso de la enfermedad. Así que la primera hipótesis quedó un poco relegada.

Frataxina como reguladora de la fosforilación oxidativa:

Ristow et al realizaron unos experimentos de sobreexpresión de frataxina humana en adipocitos humanos, y propusieron una segunda hipótesis que podría explicar la disminución de la fosforilación oxidativa de los mutantes de levadura y los pacientes con FRDA [62]. Observaron un incremento en la actividad del transporte de electrones, un aumento en el potencial de membrana y, por lo tanto, una mayor producción de adenosina trifosfato. Así pues, la frataxina podría ser un estimulador de la fosforilación oxidativa.

Frataxina como proteína de almacenaje del hierro:

Una tercera hipótesis se planteó a raíz de los experimentos realizados in vitro con la frataxina de levadura. En ella se propone que la frataxina podría unir hierro, posiblemente como una proteína de almacenaje [63]. En un principio se aislaron monómeros de mYfh1p, que no eran capaces de unir hierro, ni mostraban tendencia a autoasociarse. Pero cuando se añadía hierro ferroso a los monómeros mYfh1p en presencia de oxígeno provocaba la formación de trímeros de frataxina que catalizaban la oxidación del hierro [64, 65]. Por otro lado, también se vio que altas concentraciones de hierro inducen al ensamblaje de la proteína y llegan a retener más de 2.000 átomos de hierro [66]. El alto peso molecular del complejo recordaba la estructura de la ferritina, que contiene un gran número de átomos de hierro férrico. Aunque la frataxina humana es incapaz de formar, "in vitro", estas partículas parecidas a la ferritina, sí que se observó que -en concentraciones fisiológicas del hierro en la mitocondria- alrededor de un 10 % de la frataxina humana forma un complejo esférico que contiene este metal [67].

Las diferencias encontradas entre Yfh1p y frataxina de mamíferos podrían deberse a la existencia de una ferritina mitocondrial (MtF) en eucariotas superiores [68]. Muy recientemente se ha visto que la expresión de MtF en la levadura deficiente en frataxina rescata la carencia respiratoria y permite así el crecimiento de las células en una fuente de carbono no fermentable, previene la acumulación del hierro mitocondrial y protege además la actividad de las enzimas Fe-S [69]. Estos datos muestran que la MtF puede sustituir las funciones de la frataxina en la levadura y sugieren que la frataxina está directamente involucrada en la unión del hierro mitocondrial y en la detoxificación.

Una característica común en Yfh1p y la frataxina de mamíferos es que la unión del hierro es fácilmente reversible por la adición de quelantes, por lo que el hierro está probablemente biodisponible. Una posible interpretación que se da a todos estos datos es que la frataxina podría ser una chaperona mitocondrial de hierro que previene la reacción de Fenton escondiendo el hierro de las ROS, mientras lo reserva para su utilización en otras rutas biosintéticas. Por lo tanto, en el caso de mamíferos donde existe la MtF, únicamente sería necesaria la función de chaperona y no la de almacenaje. Además, la variación en los niveles de hierro intracelular no tiene efecto sobre la expresión de la frataxina, y esto no es consecuente con el papel de proteína de almacenaje del hierro [70].

Frataxina como proteína chaperona del hierro:

Una de las proteínas a la que la frataxina podría ceder el hierro ferroso es la ferrocatalasa, una proteína asociada a la membrana mitocondrial que cataliza el último paso de la biosíntesis del grupo hemo. De hecho, se ha demostrado que hay una interacción física entre la frataxina y la ferrocatalasa [64, 71, 72].

Una de las observaciones en los mutantes de levadura, así como en los pacientes con FRDA, es que hay un defecto en las proteínas Fe-S. La causa del fallo en la actividad podría deberse a la alteración en la síntesis de los "clusters" Fe-S (ISC). Esta ruta se localiza en la mitocondria y se da a través de una maquinaria fuertemente conservada a lo largo de la evolución. La frataxina puede unir seis o siete átomos de hierro que se transfieren a Isu1p, un componente clave en la maquinaria ISC que actúa en las primeras etapas del ensamblaje de éstos [73]. Además, se ha demostrado la interacción física entre Yfh1p e Isu1p en levadura [74, 75].

Con todos estos datos se ha propuesto una hipótesis en la que Yfh1p presenta actividad ferroxidasa y propiedades para almacenar hierro. Esto protegería a la mitocondria de la toxicidad del hierro, y a la vez podría actuar como una chaperona al darlo a otras proteínas involucradas en las dos rutas más importantes de utilización de hierro: la síntesis del grupo hemo y la de los "clusters" Fe-S. De igual manera, también podría actuar como chaperona facilitando la transferencia de Fe(II) al "cluster" [3Fe-4S]1+ de la aconitasa mitocondrial, que significaría la reactivación de esta enzima. La aconitasa es una enzima del ciclo de Krebs, que convierte el citrato en isocitrato, perteneciente a la familia de deshidratasas que contienen Fe-S y cuya actividad depende de que el "cluster" [4Fe-4S]2+ esté intacto. Se ha demostrado una interacción entre la frataxina y la aconitasa, pero siempre en presencia de citrato que podría estabilizar esta interacción y promover la reactivación de la enzima. Un modo de actuación del citrato sería como puente entre las dos proteínas, o bien como una cochaperona, de manera que orientase el hierro de forma apropiada para la reinserción y la estabilización de la estructura de la proteína [76].

En nuestro laboratorio recientemente hemos determinado que la frataxina interactúa con proteínas de la cadena de transporte de electrones de la mitocondria. Concretamente, en el modelo de "S. Cerevisiae" hemos observado la interacción funcional de la frataxina con las unidades Sdh1p y Sdh2p de la succinato deshidrogenasa ubicadas en el complejo II, lo que sugiere que la frataxina desempeña un papel directo en la fisiología de la cadena respiratoria. Al mismo tiempo, hemos observado que la frataxina humana interactúa con las proteínas ortólogas humanas del complejo II, SDHA y SDHB [77]. Estos hallazgos van a favor de que la cadena respiratoria acoplada a la fosforilación oxidativa están involucradas directamente en la patogenia del desorden y que éste debería considerarse una enfermedad mitocondrial OXPHOS condicionada por mutaciones en un gen del genoma nuclear.

En resumen, la FRDA es una enfermedad mitocondrial causada por defectos en la proteína frataxina, la cual podría actuar como una chaperona al aportar hierro a otras proteínas para su utilización en diferentes rutas, formación de "clusters" Fe-S y síntesis del grupo hemo, o bien para la activación de la proteína aceptora del hierro, la aconitasa. A su vez, también podría ser que funcionara como un modulador, por ejemplo, en la cadena de transporte electrónico o en la homeostasis del hierro. Pero, a pesar de todos los estudios realizados, aún no podemos concluir cuál es la función exacta, ya que todas las hipótesis planteadas hasta la fecha no tienen explicación para todos los efectos observados, tanto por déficit como por sobreexpresión de la frataxina. Tal vez la frataxina sea una proteína que facilite o module el transporte de electrones en diversas reacciones bioquímicas en distintos procesos biológicos mitocondriales.

Aspectos terapéuticos:

No existe un tratamiento que cambie el curso natural de la enfermedad, si bien es importante el control cardiológico para prevenir y tratar las arritmias cardíacas. Es importante el mantenimiento físico de la persona y la combinación de la terapia física con actividades natatorias. El conocimiento de que la frataxina actúa en la mitocondria y tiene una función en la homeostasis de hierro mitocondrial, la biogénesis de "clusters" Fe-S o la regulación del estrés oxidativo, ha abierto nuevas vías de investigación farmacológica y ensayo terapéutico. Respecto a la farmacología, se cuenta en un principio con los antioxidantes, los quelantes del hierro o, dado que la expansión GAA produce una disminución de la transcripción, estrategias farmacológicas, génicas o celulares que pueden favorecer el incremento de la expresión de frataxina. Entre los antioxidantes se está empleando la coenzima Q10, o ubiquinona, o derivados de ésta como la idebenona. Se ha observado que la idebenona conlleva en algunos pacientes una reducción de la miocardiopatía hipertrófica; no obstante, no se dispone de datos acerca del efecto sobre el curso de la enfermedad neurológica. La mitoquinona es un antioxidante dirigido selectivamente hacia la mitocondria y consiste en un derivado de la ubiquinona ligado a un catión lipofílico trifenilfosfonio a través de una cadena de carbonos alifáticos; el acúmulo de este producto en la mitocondria es mucho mayor que el de las otras quinonas. Sin embargo, aún no se dispone de ensayos clínicos pertinentes para evaluar su potencial terapéutico. Para más información, véase la reciente revisión de Voncken et al [78].

ATAXIAS METABÓLICAS:

Ataxia con deficiencia de vitamina E:

La ataxia con déficit de vitamina E (AVED; MIM 277460) -o déficit selectivo de vitamina E-, es una rara enfermedad neurodegenerativa caracterizada por síntomas espinocerebelosos progresivos y una marcada reducción de niveles de vitamina E en plasma. En su forma clásica, la AVED es muy similar a la FRDA y se caracteriza por ataxia truncal y apendicular, signo de Romberg, reducción de la sensibilidad posicional y vibratoria, pérdida de reflejos osteotendinosos y reflejo de Babinski. Difiere, sin embargo, de la FRDA en la ausencia de miocardiopatía y diabetes y por la presencia de titubeo de la cabeza y de distonía de un porcentaje de los enfermos. Los estudios patológicos en un paciente indican que hay desmielinización intensa de los cordones posteriores, pérdida de las células de Purkinje en el cerebelo y atrofia moderada de los haces piramidales laterales en la médula espinal y de los ganglios dorsales y nervios sensitivos. Los estudios electrofisiológicos muestran una neuropatía sensitiva de inicio más tardío que la de la FRDA. El diagnóstico se basa en la determinación de los niveles séricos de vitamina E por debajo de valores de 2,5 mg/L (rango normal: 6-15 mg/L), y en descartar además la existencia de malabsorción intestinal.

La AVED afecta mayoritariamente a poblaciones mediterráneas, y es particularmente frecuente en el norte de África. Mediante cartografiado por homocigosidad se localizó el gen responsable de la enfermedad en una región de 1-cM en el cromosoma 8q13.1-q13.3 [79,80]. A esta misma región se asignó el gen que codifica para la proteína transferidora de a-tocoferol ("TTPA") [81]. Éste está formado por cinco exones y la proteína resultante tiene 278 aminoácidos que muestran homología estructural con otras proteínas aparentemente no relacionadas de unión y transporte de lípidos, como la proteína de unión al retinaldehído celular presente en la retina y la proteína de levadura SEC14 implicada en el transporte de fosfatidilinositol y fosfatidilcolina [81]. Ouahchi et al [82] llevaron a cabo una búsqueda de mutaciones en familias con AVED con la conclusión de que el gen "TTPA" está realmente implicado en el desarrollo de esta enfermedad. Ya en este primer trabajo, así como en trabajos posteriores [83], se vio que existe una sobrerrepresentación de la mutación 744delA que responde a la mayoría de casos de AVED originarios de la cuenca mediterránea debido a un efecto fundador en el norte de África. En Europa y EE. UU. la mutación más frecuente es 513insTT [83] y en Japón es H101Q [84,85], aunque también se han caracterizado a lo largo del gen otras mutaciones menos frecuentes en estas mismas poblaciones [86-89].

Las mutaciones descritas en el gen "TTPA" en enfermos con AVED producen una proteína defectuosa incapaz de incorporar correctamente a-tocoferol, la forma biológicamente más activa de la vitamina E, en las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) secretadas por el hígado [90,91]. Por este motivo, los pacientes con AVED absorben correctamente vitamina E, pero el a-tocoferol no se mantiene en sangre ya que no existe reciclaje de éste, de manera que la vitamina E resulta rápidamente eliminada [92].

Abetalipoproteinemia:

La abetalipoproteinemia (ABL; MIM 200100), enfermedad de Bassen-Kornzweig o acantocitosis, es una enfermedad autosómica recesiva debida a errores en el metabolismo de los lípidos que se caracteriza por la incapacidad de las células del intestino y del hígado de secretar B-100 lipoproteínas [93].

Se trata de una neuropatía progresiva atáxica que cursa con un espectro amplio de síntomas; incluye el síndrome de malabsorción, retinosis pigmentaria y acantocitosis. Los pacientes con ABL carecen de todas las lipoproteínas que contienen b-apolipoproteínas -quilocromos, lipoproteínas de baja densidad (LDL) y de muy baja densidad (VLDL)-, lo que implica niveles reducidos de colesterol, casi niveles indetectables de triglicéridos y niveles disminuidos de vitaminas lipofílicas (E, A y K) en el plasma. El cuadro clínico de pacientes afectos de ABL resulta idéntico al que presentan algunos enfermos homocigotos de hipobetalipoproteinemia (HBL; MIM 107730.0001), patología codominante caracterizada por disminución o ausencia de apolipoproteína (APO) B en plasma debida a defectos moleculares en el gen de la APO B (cromosoma 2p24) [94,95].

Esta enfermedad está causada por mutaciones en el gen "MTP" (cromosoma 4q22-q24) [93,96,97]. Se conocen pocos defectos moleculares y, en la mayoría de casos, se trata de grandes deleciones y de mutaciones que conducen a proteínas truncadas [98]. Este gen codifica para la proteína de transferencia de triglicérido microsomal (MTP) que forma un heterodímero con una proteína disulfuro isomerasa (PDI), una proteína del retículo endoplasmático implicada en la formación de puentes disulfuro y que participa en el ensamblaje de lipoproteínas que contienen APO B [99]. Así, se piensa que el defecto básico radica en la incapacidad para sintetizar y ensamblar lipoproteínas que contienen APO B debido al funcionamiento anormal de MTP [100-102].

Enfermedad de Refsum:

Esta enfermedad poco frecuente recibe varios nombres: enfermedad de la lipoidosis por ácido fitánico, hipertrofia neuropática de Refsum, heredopatía atáctica polineuritiforme, o neuropatía sensorimotora hereditaria de tipo IV (MIM 266500). El síndrome de Refsum es una enfermedad rara peroxisomal del metabolismo de los lípidos causada por el déficit de la fitanoil-coenzima A hidroxilasa que conduce al acúmulo de ácido fitánico en sangre, orina, sistema nervioso central y periférico.

La edad de aparición de los primeros síntomas clínicos varía desde la niñez hasta los 50 años, aunque la mayoría de pacientes suelen tener manifestaciones antes de los 20 años. La enfermedad cursa con polineuropatía periférica, ataxia cerebelosa y retinosis pigmentaria. Puede también presentar anosmia, sordera, opacidades corneales, y alteraciones cutáneas y óseas.

Otras enfermedades peroxisomales que también cursan con niveles altos de ácido fitánico son el síndrome de Zellweger (MIM 214100), la adrenoleucodistrofia neonatal (MIM 202370), la enfermedad de Refsum infantil (MIM 266510) y la condrodisplasia rizomélica "punctata" (MIM 215100). En todas éstas, el fenotipo resultante es más grave que en la enfermedad de Refsum clásica y el pronóstico es pobre.

Esta patología se hereda como un rasgo autosómico recesivo y es genéticamente heterogénea. El gen "PHYH" (o "PAHX") localizado en el cromosoma 10pter-p11.2 es responsable de la enfermedad en la mayoría de pacientes [103]. Este gen de 21 kb contiene nueve exones y codifica para la fitanoil-coenzima A hidroxilasa que permite la oxidación de ácido fitánico a pristánico, y que en estos enfermos es deficiente [104,105]. Existe una gran variabilidad de mutaciones patogénicas tanto por su localización como por el tipo [106]. Recientemente, se ha sugerido que el efecto citotóxico del ácido fitánico pudiera deberse a la acción combinada en la regulación del Ca+2, la despolarización mitocondrial y la generación incrementada de ROS en células del cerebro [107].

Un segundo "locus" implicado es el gen "PEX7" (cromosoma 6q21-q22.2) que está formado por 10 exones (102 kb) [108, 109]. Hasta la fecha sólo se han descrito tres pacientes afectados del síndrome de Refsum con mutaciones en este gen, si bien se han descrito mutaciones en el gen "PEX7" responsables de diferentes patologías entre las que está la condrodisplasia rizomélica "punctata" [110]. La proteína codificada por el gen "PEX7", una peroxina, está implicada en el transporte de proteínas al interior de los peroxisomas.

Xantomatosis cerebrotendinosa:

La xantomatosis cerebrotendinosa (CTX; MIM 213700), o déficit de esterol 27-hidroxilasa, es una enfermedad autosómica recesiva relacionada con la síntesis de ácidos biliares. Aunque hasta la fecha sólo se han descrito cerca de 200 en todo el mundo, la CTX muestra cierta frecuencia elevada (1/108) en judíos sefardíes de Marruecos [111].

La CTX se caracteriza por la formación de lesiones xantomatosas en múltiples tejidos, particularmente en el cerebro, el cristalino y los tendones. Sus manifestaciones clínicas incluyen disfunción neurológica progresiva (ataxia, paresia, demencia, enfermedades psiquiátricas), cataratas, xantomatosis de tendones y ateroesclerosis. La CTX tiene en común algunas manifestaciones clínicas tales como xantomas y aterosclerosis con la hipercolesterolemia familiar (MIM 144010, 603813, 143890) y la fitosterolemia (MIM 210250). Sin embargo, los síntomas neurológicos progresivos, las cataratas y la insuficiencia pulmonar leve distinguen la CTX de las otras enfermedades [112].

La CTX está causada por mutaciones en el gen "CYP27" (9 exones; 18,6 kb), localizado en el cromosoma 2q33-qter [113, 114]. Dada la baja casuística de ésta, el número limitado de mutaciones caracterizadas parece indicar que existen ciertos residuos (Arg362, Arg441, Arg104 y Gly112) más propensos a mutar, independientemente del origen geográfico del paciente [112]. La mayoría de mutaciones afectan a los dominios de unión al grupo hemo y adrenodoxina, si bien se han caracterizado otras mutaciones que por su ubicación sugieren la existencia de sitios potenciales de unión a otras proteínas [115]. El gen "CYP27" codifica para la enzima esterol 27-hidroxilasa, que es necesaria para la hidroxilación y la rotura de la cadena lateral del colesterol en la síntesis de ácidos biliares. Los enfermos con CTX tienen disminuida la actividad de esta enzima, de ahí los xantomas de colesterol y colestanol (la forma 5a reducida del colesterol) en múltiples tejidos.

ATAXIAS DEBIDAS A DEFECTOS DE REPARACIÓN DEL ADN:

Ataxia-telangiectasia:

La ataxia-telangiectasia (AT; MIM 208900), o síndrome de Louis-Bar, se caracteriza por degeneración neuronal progresiva con pérdida de la función cerebral, predisposición al cáncer, inmunodeficiencia e hipersensibilidad a la radiación ionizante, además de cursar con telangiectasia en la cara, esclerótica y pabellones auriculares.

Es la ataxia autosómica recesiva más común después de la FRDA, con una prevalencia estimada de 1-2,5/100.000 [116]. El gen "ATM" localizado en el cromosoma 11q22-23 [117], cuyas mutaciones son responsables de la AT, está formado por 66 exones, tiene un tamaño de cerca de 150 kb con una región codificante de 9.168 pb, y codifica para una fosfoproteína nuclear de 370 kDa de la familia de las fosfatidilinositol-3 cinasa implicada en la reparación de ADN dañado por fosforilación de sustratos claves partícipes de dicha reparación y control del ciclo celular [118-120].

La mayoría de afectados son heterocigotos compuestos para mutaciones que conducen a proteínas truncadas, aunque también las mutaciones de cambios de aminoácidos pueden desestabilizar la proteína [121-123]. Se conocen variantes de esta enfermedad, AT atípica, que cursan con un cuadro clínico más leve. Éstos cursan con una o más de las siguientes características: edad tardía de aparición de los síntomas, progresión lenta, vida media más larga comparada con la de la forma clásica de AT, y disminución de los niveles de inestabilidad cromosómica y radiosensibilidad celular [124-126]. Estos pacientes con fenotipo AT más leve suelen ser heterocigotos compuestos para una mutación más grave con una mutación más suave que posibilita la expresión de algo de proteína ATM [127-129].

Los casos que presentan un fenotipo clásico de AT sin telangiectasia además de niveles normales de proteína ATM se pueden deber a mutaciones en otros genes como el "hMre11" [129, 130]. Otros síndromes como el de Nijmegen (NBS) son celularmente indistinguibles de la AT e incluyen algunos de los aspectos clínicos característicos de la AT, además de otros propios tales como carencia de telangiectasia, niveles normales de a-fetoproteína (AFP) en el suero, rasgos faciales típicos, infecciones sinopulmonares, microcefalia, deterioro progresivo de funciones intelectuales y retraso en el crecimiento [131]. El gen responsable del NBS es "p95-NBS1" que codifica para un componente del complejo (p95/hMre11 o hMre11/hRad50) implicado en la reparación de ADN de doble cadena [132,133].

Ataxia con apraxia oculomotora de tipo 1:

La ataxia con apraxia oculomotora de tipo 1 (AOA1; MIM 208920), también conocida como ataxia de aparición temprana con apraxia oculomotora e hipoalbuminemia (EAOH), es una ataxia cerebelar autosómica recesiva que tiene como principal aspecto clínico la apraxia oculomotora. En general, la frecuencia asociada a esta patología es baja, aunque en algunas poblaciones adquiere gran relevancia. Es la ataxia autosómica recesiva más frecuente en Japón y la segunda más frecuente, después de la FRDA, en Portugal [134-136].

La AOA1 es una ataxia con variabilidad clínica asociada en la gran mayoría de casos con apraxia oculomotora. Se trata de un síndrome neurológico con una edad de aparición temprana de la ataxia (2-18 años) y atrofia cerebelar. La AOA1 también se caracteriza por neuropatía motora axonal, retraso mental en muchos casos, y a menudo cursa con hipoalbuminemia e hipercolesterolemia [137-139].

La AOA1 tiene en común con la ataxia espinocerebelosa con neuropatía axonal (SCAN1; MIM 607250) la atrofia cerebelar y la neuropatía motora axonal. Estas dos entidades clínicas se distinguen por la ausencia de apraxia oculomotora en la SCAN1, un aspecto que la AOA1 comparte con la AT. En cambio, las características extraneurológicas (deficiencia inmunológica, inestabilidad cromosómica e hipersensibilidad a los rayos X) evidentes en la AT están ausentes en la AOA1 [140].

El gen "APTX" responsable de la AOA1 se localizó mediante cartografiado por homocigosidad en el cromosoma 9p13 [141]. Éste se expresa en dos formas mayoritarias: la más larga codifica para una proteína de 342 aminoácidos y la más corta para una isoforma de 174 aminoácidos [142,143]. Además, se conocen otros transcritos, de modo que, si se considera la pauta abierta de lectura (ORF, del inglés, "open reading frame") más grande, este gen está constituido por 8 exones [144].

El gen "APTX" codifica para la aprataxina, una proteína nuclear perteneciente a la familia de las proteínas con tríadas de histidina (HIT). Su extremo amino es homólogo a una fosfatasa polinucleótido cinasa (PNKP) que participa en la reparación de roturas de ADN de cadena sencilla, mediante su interacción con XRCC1, ADN polimerasa b y ADN ligasa III [145, 146]. Probablemente debido a dicha interacción, la aprataxina influye en la respuesta celular al estrés genotóxico [147].

Ataxia con apraxia oculomotora de tipo 2:

La ataxia con apraxia oculomotora de tipo 2 (AOA2; MIM 606002), también llamada ataxia espinocerebelosa no Friedreich (SCAR1), es una entidad clínica recientemente identificada que cursa con ataxia, apraxia oculomotora y niveles aumentados de AFP. Se ha estimado que esta enfermedad autosómica recesiva representa aproximadamente el 8 % de las ataxias recesivas no Friedreich [148]. Recientemente, se ha descrito un efecto fundador en una población enferma de AOA de origen francocanadiense [149].

Clínicamente se caracteriza por una edad de aparición de los primeros síntomas de ataxia entre los 10 y 22 años, atrofia cerebelar, neuropatía sensorimotora axonal, apraxia oculomotora y, frecuentemente, movimientos distónicos o coreicos. Además, cursa con niveles elevados de AFP, gammaglobulinas y creatincinasa. Son varias las características clínicas que la AOA2 comparte con la AOA1, pero son distinguibles porque la AOA2 tiene una edad de aparición de los síntomas más tardía, altos niveles de AFP, y valores de seroalbúmina normales [148, 150].

El gen "SETX", cuyas mutaciones son responsables de la AOA2 [150], se localiza en el cromosoma 9q34, y comprende 24 exones (8.031 pb). La mayoría de mutaciones caracterizadas se localizan en el exón 8 que abarca la mayor parte del gen (4.177 pb). En este gen también se han encontrado mutaciones causantes de una forma de esclerosis lateral amiotrófica juvenil (ALS4; MIM 602433) [151].

La proteína resultante del gen "SETX", la senataxina, es bastante desconocida. Se sabe que es el ortólogo humano del gen de levadura "SEN1" y se supone que cuenta con actividad helicasa y podría estar implicada en la reparación de ADN o bien en el mecanismo de procesado de ARN [150].

Síndrome de Cockayne:

El síndrome de Cockayne (CS; MIM 216400, 133540) está caracterizado por degeneración progresiva multisistémica y envejecimiento prematuro. Se han descrito en torno a 180 casos en todo el mundo de este síndrome sin que exista una aparente sobrerrepresentación en ninguna población específica [152, 153].

Esta enfermedad es clínicamente heterogénea tanto por los síntomas como por la gravedad de los mismos. Atendiendo a la edad de aparición de la sintomatología clínica, se consideran dos tipos de CS: en el tipo I los síntomas son progresivos y llegan a ser típicamente evidentes después de la edad de 1 año, mientras que en el tipo II son congénitos. Éstos incluyen diversas anormalidades en el desarrollo (enanismo con apariencia senil prematura), microcefalia, anomalías esqueléticas y de la retina, pérdida auditiva neurosensorial, hipogonadismo, neurodesmielinización, y retraso mental [152, 154, 155].

Muchos de los pacientes con CS muestran fotosensibilidad aumentada en la piel, pero no desarrollan tumores en contraste con los enfermos de xeroderma pigmentoso (XP; MIM 278700) [152, 154]. Sin embargo, se conocen casos de pacientes con un fenotipo combinado de SC y XP, en los que se han localizado mutaciones en genes relacionados con el sistema de reparación por escisión de nucleótidos (NER) (véase el apartado siguiente: "Xeroderma pigmentoso").

Se han descrito dos grupos -A y B- de complementación asociados al SC. El primero refiere a mutaciones en el gen "CKN1" o "ERCC8" (cromosoma 5q12.1) y da respuesta a aproximadamente el 20 % de los casos, y el segundo en el "locus ERCC6" (cromosoma 10q11) que es responsable del 80 % de casos restantes. En ambos casos, las proteínas producidas tienen como función eliminar las lesiones inducidas por radiación ultravioleta en las cadenas transcritas por la ARN polimerasa II por un proceso de reparación acoplada a la transcripción [156-160].

Xeroderma pigmentoso:

El XP es una enfermedad caracterizada por fotosensibilidad, cambios pigmentarios, envejecimiento prematuro de la piel y desarrollo de tumores malignos debido a la incapacidad para reparar ADN dañado por radiación ultravioleta al tener defectos en el sistema NER. Esta enfermedad se asocia con siete grupos de complementación (XPA-XPG) que presentan diferente grado de afectación de la enfermedad. Existe también una variante del XP (XPV; MIM 278750) que atañe al 20 % de los pacientes afectados de XP con una clínica similar aunque más leve [161]. La frecuencia de cada una de estas entidades es variable: mientras que XPA es relativamente común, XPE es muy rara. La frecuencia de la XP en EE. UU. es de 1/250.000, si bien es más alta en Japón y en áreas mediterráneas [162].

Clínicamente, la enfermedad cursa con manifestaciones neurológicas variables: ataxia, coreatetosis, pérdida auditiva progresiva, espasticidad y retraso mental progresivo. Además, los enfermos presentan fotosensibilidad de la piel, cáncer de piel a una edad temprana, telangiectasia, fotofobia, conjutivitis, queratitis, ectropión y entropión.

Cada uno de los siete grupos de complementación relacionados con el XP corresponde a defectos en genes implicados en el sistema NER (Tabla II) [163]. Las proteínas que éstos codifican representan subunidades del núcleo del mecanismo y al ser anómalas conducen a valores disminuidos de los factores NER. Además, se han establecido asociaciones entre mutaciones en los genes "XPD", "XPB", y "XPG" y el SC (MIM 216400), y entre "XPB" y la tricotiodistrofia (MIM 601675) [157]. Por último, el XPV se debe a mutaciones en el gen "POLH" que está implicado en el mecanismo de reparación posreplicación [164].

OTRAS ATAXIAS DEGENERATIVAS:

Ataxia espástica de Charlevoix-Saguenay:

La ataxia espástica de Charlevoix-Saguenay (ARSACS o SACS; MIM 270550) es una enfermedad autosómica recesiva cuyos aspectos clínicos más reseñables son ataxia espástica en la niñez, con disartria, nistagmo, y cierto grado de amiotrofia. Otras características más variables afectan al retraso mental y a la mielinización de la retina.

De ARSACS se han descrito muy pocos casos en todo el mundo, excepto en la región de Saguenay Lac-Saint-Jean de Québec (Canadá) donde es muy frecuente, con una incidencia de 1/1.932 nacimientos y una frecuencia de portadores de 1/22 debido a un efecto fundador [165, 166]. Mediante análisis de ligamiento se localizó el gen responsable de la enfermedad en el cromosoma 13q11 [167, 168] y se caracterizó un gen, "SACS", constituido por un único exón de enorme tamaño (12.794 pb). En la población francocanadiense referida, el 94 % de pacientes son homocigotos para la mutación g.6594delT; un 3 % de enfermos son homocigotos para g.5254C>T; y el restante 3% de los pacientes son heterocigotos compuestos; una de las mutaciones es la deleción g.6594delT [169]. Los pocos casos descritos no pertenecientes a esta región de Québec son originarios de países de la cuenca mediterránea (Túnez, Turquía, Italia y España) y de Japón, y muestran una mayor variabilidad mutacional [170-176]. Este gen codifica para la sacsina formada por 3.829 aminoácidos, cuya función es en gran medida desconocida. Se supone que dado que contiene dominios de choque térmico, la sacsina está implicada en el plegamiento de proteínas por chaperonas [169].

ATAXIAS CONGÉNITAS

Síndrome de Joubert:

El síndrome de Joubert (JS) es una rara enfermedad autosómica recesiva, clínica y genéticamente heterogénea. Desde el punto de vista clínico, se caracteriza en líneas generales por hipoplasia cerebelar, hipotonía, patrones respiratorios irregulares y movimientos oculares anormales, retraso del desarrollo psicomotor y la presencia del signo de la muela (MTS, del inglés, "molar tooth sign") en la resonancia magnética [177]. La afectación de otros órganos muestra un amplio espectro de síndromes que presentan la MTS, como los síndromes de Arima (MIM 243910), COACH (MIM 216360) y Senior-Löken (MIM 266900), que junto con el JS reciben el nombre de enfermedades relacionadas con el JS (JSRD) o síndromes relacionados con MTS [178-180].

La base bioquímica y genética del JS es prácticamente desconocida. Se han descrito varios tipos del síndrome según criterios genéticos. El primer "locus" descrito, responsable del JS de tipo 1 (JBTS1) o enfermedad cerebeloparenquimal de tipo IV (CPD IV; MIM 213300), se localizó en el cromosoma 9q34. En estos pacientes se ve afectado el cerebro, pero no el hígado ni la retina [181]. El JS de tipo 2 (JBTS2; MIM 608091) cursa con displasia retinal, riñones displásicos quísticos y afectación cerebral, por lo que al "locus" responsable de éste se le llamó "CORS2" (síndrome cerebelooculorrenal de tipo 2) y se localiza en el cromosoma 11p12-q13.3 [182, 183]. En pacientes afectos del JS de tipo 3 (JBTS3; MIM 608629) caracterizados por no presentar disfunciones renales se han encontrado mutaciones en el gen "AHI1" localizado en el cromosoma 6q23 [184,185]. En líneas generales, se puede decir que los fenotipos JBTS1 y JBTS3 normalmente no presentan ni alteraciones retinales ni renales, mientras que sucede al contrario en el fenotipo JBTS2.

Recientemente se ha mostrado que tanto enfermos con JS [186] como otros con un fenotipo más complejo similar al JRSD, tales como síndrome de Senior-Löken (nefronoptisis con distrofia retinal) o de Cogan (nefronoptisis con apraxia oculomotora) [187] tienen delecionado el gen "NPHP1" (cromosoma 2q13). Mutaciones en este gen causan aproximadamente el 50 % de los casos de nefronoptisis (MIM 256100) y el 5 % de estas mutaciones consisten en la deleción del gen [188]. Este gen codifica para la proteína nefrocisteína que contiene un dominio SH3, por lo que se piensa que debe estar implicada en la señalización celular y posiblemente en la función ciliar [189, 190]. En este sentido, el gen "AHI1" codifica para la proteína jouberina que también contiene dominios SH3, si bien su función está por determinar [191].

BIBLIOGRAFÍA:

NOTA: Este artículo, bien documentado, enumera 191 citas bibliográficas en inglés de investigadores científicos, y que corresponden a las numeraciones insertadas en el texto entre corchetes. En este boletín de FEDAES, y en esta página web de Hispano-Ataxia, no consideramos necesario reseñarlas. Si alguien necesitara obtener información añadida de dichas citas bibliográficas, habrá de consultar el original del artículo en: Revisión en Neurociencia. Rev Neurol 2005; 41 (7): 409-422 409. © 2005, Revista de Neurología.