07- Visualización de los complejos hierro-azufre en células vivas mediante escisión de una proteína fluorescente.
Domingo 03 de Enero de 2010.
Prof. Silberg.
Resumen de M. Luz González Casas (copiado de BabelFAmily, y enviado a la lista de correos HispAtaxia).
Científicos de Rice University descubren que escindiendo una determinada
proteína fluorescente y usándola como sistema de rastreo sirve para analizar el
funcionamiento de las células, en particular en lo referente a los compuestos
hierro-azufre.
Hierro y azufre en su justa cantidad resultan vitales para una buena salud en
nuestro organismo. Pero su exceso o defecto pueden causar serios problemas.
Los complejos hierro-azufre son moléculas de cuatro átomos. Son manufacturados y
regulados por proteínas en las células vivas. El estudio de su función es un
campo de investigación muy reciente para avanzar en el conocimiento de
patologías como la ataxia de Friedreich, anemia sideroblástica y miopatía,
enfermedades causadas por déficit de proteínas. Pero hasta ahora no era posible
observar estos compuestos en células vivas.
Jonathan Silberg, profesor adjunto de bioquímica y biología celular en Rice,
lleva años estudiando los misterios de estas moléculas. Silberg y su equipo
acaban de publicar los resultados de su trabajo en la edición de diciembre de “
Chemistry & Biology. En este trabajo describen al detalle una nueva técnica que
permite visionar estos compuestos, uniéndolos a fragmentos fluorescentes de
proteínas con la ayuda de un elemento intermediario.
Este elemento intermediario es una proteína humana llamada GRX2, una
glutaredoxina que ayuda a las células a manejar el daño oxidativo en otras
proteínas. En tubos de ensayo es posible desconectarla asociándola a un complejo
hierro-azufre. El equipo ya había demostrado que la proteína GRX2 no pierde su
capacidad de unirse a los complejos hierro-azufre cuando se la etiqueta con una
proteína verde fluorescente.
Al adherirle a los monómeros de GRX2 fragmentos de una proteína amarilla
fluorescente llamada Venus se consigue perfeccionar esta técnica. Cuando estos
monómeros así etiquetados se inyectan en células vivas, buscan y usan los
compuestos hierro-azufre a modo de puente, enlazándose unos con otros. De esta
forma, los fragmentos de Venus se agrupan lo suficiente para iluminar el proceso
y poder verlo al microscopio.
Estas proteínas a medida pueden usarse para analizar si existen en las células
irregularidades en las que se ven afectados los complejos hierro-azufre. Es un
método de gran potencial para poder encontrar tratamientos para la enfermedad.
Según Silberg, el hierro y el azufre son dos elementos que están presentes en
la tierra incluso antes de existir el oxígeno. Cuando se desarrolló la vida, la
atmósfera era anaeróbica, pero abundaban el hierro y el azufre. Estos compuestos
metálicos se forman con gran facilidad; es fácil imaginar que si los procesos
químicos son simples y las moléculas están disponibles, las proteínas
evolucionan implicando a los compuestos hierro-azufre en gran medida.
Después se desarrollaron los organismos fotosintéticos y comenzaron a producir
oxígeno. El hierro se oxida fácilmente, por eso los organismos aeróbicos
desarrollan este mecanismo para protegerse y repararse. Este es el mecanismo
objeto de este estudio.
Medir estos compuestos en células vivas supone un avance de gran interés para
la American Heart Association (Asociación estadounidense del corazón), cofinanciadora de este estudio. Según Silberg, “esta organización está interesada en el estudio de la ataxia de Friedreich (una patología que puede desarrollar cardiopatías), pero también quieren saber si podemos perfeccionar métodos para visualizar otras proteínas con complejos metálicos".
"En este trabajo hemos hallado la respuesta a una pregunta fundamental desde el
punto de vista biológico--que las glutaredoxinas se asocian usando complejos
metálicos in vivo. Jamás se había probado esto en células humanas vivas”
Según los autores del estudio, es prioritario perfeccionar las herramientas,
pero a la larga, mediante esta tecnología se podrán estudiar las raíces del
envejecimiento mismo. El hierro resulta tóxico para el organismo si no se
canaliza de forma eficaz, y puesto que la oxidación es un proceso clave en el
envejecimiento, todos los estudios al respecto suscitan gran interés.
¿Envejecen las personas más rápidamente dependiendo de diferencias en el
ensamblaje de los compuestos hierro-azufre? Es una pregunta muy interesante,
pero harán falta décadas para saber la respuesta. ¿Cómo afectarán al proceso de
envejecimiento esas sutiles diferencias en el mecanismo del estrés oxidativo?.
Autores del estudio: Silberg, Ryan McGuire , Kevin Hoff, Peter Nguyen, Stephanie Culler,and Christina Smolke.
Financiado por: The American Heart Association, Friedreich's Ataxia Research Alliance, y Robert A. Welch Foundation.
Leer más (artículo en inglés):
http://www.nanowerk.com/news/newsid=14176.php