11- SEXUALIDAD Y ATAXIA. Por Vicente Sáez Vallés, psicólogo clínico y paciente de Ataxia de Friedreich, de Zaragoza.

LA AGRESIVIDAD: El ser humano es sexuado y precisa del afecto y de la agresividad. Parecen contradictorios, pero el ser humano es agresivo, por naturaleza. Con agresividad no quiero decir violencia o destructividad, pero tampoco los excluyo. Por tanto el sexo no es sólo algo mecánico, ni algo mental, es una expresión necesaria: Agresivo porque responde a la satisfacción o no de una demanda afectiva, no me refiero a las formas de excitación o de obtener placer.

O sea, esta expresión no tiene nada que ver con los tintes "secretos" o de "acceso difícil" al sexo. Se trata de otro tipo de problemas porque el paciente de ataxia tiene tanto acceso al sexo como otra persona que no tenga ataxia. Eso es obra de la moral; la sexualidad, entendida como una relación tiene que concebirse como algo natural. Me refiero a los problemas que puede encontrar una persona que padezca ataxia a la hora de optar por ese tipo de comunicación.

Bueno, el ser humano tiene un cuerpo que reacciona como un animal, una materia que entra en contacto con otra, a veces con intercambio de fluidos y con gasto energético, para obtener placer, o para dar placer, o lo que sea. Una ataxia produce fatiga y cualquier ejercicio físico es más duro para un paciente de ataxia, pero eso nunca debe ser considerado un obstáculo para el sexo; el afectado de ataxia debe plantearse el deseo de forma natural. En este sentido el sexo es algo agresivo, que exige tensión, pero todos reconocemos que el sexo tiene un camino más corto y directo del deseo. Es algo "más necesario", más perentorio en muchos hombres y mujeres: puede sorprender el comportamiento de un afectado de ataxia en la cama, incluso a ellas o a ellos mismos, la conducta es más sencilla y gratificante y requiere menos esfuerzo o la cama hace más fuertes a los afectados por la ataxia.

Los procesos vitales de un paciente de ataxia, el metabolismo forzado, el esfuerzo en las más banales tareas cotidianas (acudir al w.c., ponerse un calcetín...), requieren abordar un entorno agresivo (que muy pocas personas entienden, aunque digan que sí lo hacen), y la respuesta agresiva para el sexo, suele ser negativa, aunque no es necesario. Esa agresividad existe para todos y hay que vivirla y enfrentarse a ella; en el sexo la recompensa es valiosa.

LA MASTURBACIÓN: Normalmente, se hace referencia al coito como única expresión de la sexualidad y como su punto central; lo que rodea al sexo suele considerarse "calentamiento" o preparación al sexo. Esto es falso y la masturbación es muy importante y parece inofensiva. Pero, si se abusa de ella puede ser contraproducente, lo mismo que hablar solo. Primero no se hablaba, luego se hablaba de matrimonio, luego de "pareja"... Se obvia la masturbación al parecer algo muy "narcisístico" o egoísta, cuando hacer el amor, incluso en grupo puede ser incluso más narcisista. La masturbación tiene un papel importante en la vida, sólo admitido a los bebés. Pero tiene un factor de descarga importante, aparte de producir mucho placer. No se trata de ningún sustituto del coito cuando no se tiene una pareja, tiene una función en sí misma. Si la masturbación es realizada por otra persona pierde el carácter imaginario y se convierte en otra vía no coital para alcanzar el orgasmo. Es incorrecto llamar masturbación si no se trata de una excitación sexual que no se limita a uno mismo.

El acceso al sexo de personas con la enfermedad avanzada o que están gravemente afectadas en el movimiento merece nuestro respeto porque estamos hablando de enfermedades progresivas y, tal vez, estemos en breve o a largo plazo en la misma tesitura. Es realmente aquí dónde el sexo tiene su más clara expresión de comunicación y la relación sexual adquiere una dimensión gratificante. Es cuando se deben obviar el coito como fin, las prisas... Debemos evitar el agravio comparativo y entender que lo dicho sobre la legitimidad de la relación sexual tiene su máxima expresión y se demuestra la vida del sujeto atáxico como sujetos deseantes.

LA REACCIÓN ANTE LA ENFERMEDAD: El que padece ataxia suele reaccionar de dos formas principales ante los obstáculos que la ataxia pone a la puesta en juego de la sexualidad:

A- DEPRESIÓN: ira o angustia ante la falsa creencia de no poder tener sexo.

B- MANÍA O HIPOMANÍA: esto es visible en las ataxias de inicio tardío, en las que la conducta sexual cotidiana pasa a primer plano. Sólo se llega a valorar el coito y se quiere "batir récords sexuales".

Por desgracia, ambas actitudes son fatales porque afectan directamente al deseo, a las ganas de vivir. Pienso que el diálogo o, incluso, el consejo psicológico pueden ser factores de ayuda.

LOS PROBLEMAS EN EL LAZO SOCIAL: La ataxia produce un claro problema de cara a la socialización. El paciente es más dependiente, más enamoradizo, más desanimoso de cara a sus relaciones con el otro sexo (o con el mismo sexo, la homosexualidad es tan respetable como lo "hetero").

Sobre todo, el adolescente es presa fácil de la depresión porque comienza a ver las limitaciones que produce su enfermedad. La imagen del cuerpo sigue rota, destrozada y el acceso a una independencia corporal es difícil y costoso. El adolescente o adulto joven ven imposible el sexo y culpa a la ataxia. El obstáculo es tan insalvable que se alcanza, a veces, el complejo de PETER PAN, LA ETERNA JUVENTUD. En este complejo no existe el compromiso, el deseo se reduce a lo inalcazable, la sexualidad permanece en estado latente. Todo se mezcla con la moralidad o los "secretos" porque hay una desviación en las metas sexuales; es grave que uno mismo se niegue el acceso a la sexualidad porque haya una depresión; es más cómodo para lo social. A veces pasa y creo que una buena educación, sobre todo, los padres tienen ese papel, pueden evitar todo esto; el hecho de reconocerse como ser sexuado es importante por su ineludible relación con el deseo, con las ganas de vivir y con la mejoría o empeoramiento de la ataxia.

SEXO, ATAXIA Y SALUD: Hay que desmitificar que el sexo conlleva agotamiento o problemas de salud. Es beneficioso por la entrada en contacto con uno mismo, su pareja, porque el placer sexual refuerza el bienestar, porque permite descargar la tensión y favorece la relajación, por el ejercicio realizado y por el logro de un intercambio positivo.

La vertiente afectiva del sexo, la considero mucho más importante que la obtención de un orgasmo... Pero se trata de una opinión personal: el amor (para mí), simboliza la entrega. Salir a conseguir sólo sexo pienso que es menospreciarse a uno mismo, pero a mucha gente le motiva eso, la prostitución o eso. Ese es el baremo que los atáxicos se pueden plantear si no consiguen pareja. Yo, lo considero más egocéntrico que la masturbación, pero es lo que todo el mundo hace y hay que respetarlo, además, las circunstancias de la vida son cambiantes y no lo veo ni bueno ni malo.

La meta de una relación sexual no es el orgasmo, no, es importante, pero no lo único que ofrece el sexo. Suele afirmarse, que el equivalente de vivir un orgasmo es como subir dos pisos sin ascensor, por la escalera. Es una expresión energética fundamental, que permite contactar con el otro.

El corazón no sufre porque la taquicardia sexual es sinusal, de las buenas... A unos 120 lpm. Conviene estar descansados a la hora de practicar sexo y tener la posibilidad de descansar, de saborear la relajación y descanso que se produce tras el orgasmo.

La higiene es importante, porque hay que dejar a los sentidos lo más receptivos posible a las sensaciones del sexo.

El uso de prótesis, almohadas, aparatos o medicamentos que favorezcan la relación, hablar o no durante el acto, posturas... depende de las formas de excitación o de entender el sexo de cada cual. Aconsejo, especialmente, entregarse al otro y darse para poder recibir.