15- EL AVANCE EN CONJUNTO, EL SENTIDO DE LA LUCHA DEL DISCAPACITADO. Por Vicente Sáez, paciente de Ataxia de Friedreich y psicólogo, de Zaragoza. (Carta publicada en el periódico "El Heraldo de Aragón" el día 15 de Mayo del 2005.

Hablando de la desintegración social del individuo discapacitado, he escuchado diversas corrientes dispares, y pienso que la lucha a gritos ha dejado de tener sentido para ganar terreno en este campo de batalla de locos que ha planteado el neoliberalismo, la socialdemocracia, el capitalismo y la cultura de consumo. Mi primer hallazgo ha sido que la queja unilateral por parte del sector minusválido fomenta, le hace el juego, le favorece al principal gestor de la desintegración del minusválido o del discapacitado, o de los términos que gustéis.

La propia lucha de términos, de palabras, de calificativos hacia esa condición humana revierte directamente en la desintegración. Si tenemos que buscar un calificativo que no sea negativista, y que no minusvalore nuestras aptitudes y que tampoco sea deplorable con nuestro "estar en el mundo", pienso que es muy poco edificante definir la palabra que nos llama (define) como portadores de dignidad cuando realmente lo que nos están quitando es dignidad.

Visto así no nos hace ningún favor reivindicar nombres.

Dicho en plata: hay una serie de individuos que tienen problemas para adaptarse, que no son capaces para adaptarse, debido a problemas en la funcionalidad orgánica, y estos son sujetos son (somos), discapacitados y punto.

La palabra que hay que definir es "capacidad" y no discapacidad.

¿Quién define "capacidad"? En otras palabras: ¿quién o qué pone los límites de la capacidad para la "adaptación"?.

Si en un grupo de sujetos pone reglas límites un sujeto parapléjico, una persona que camine normalmente sería recordman mundial y un atleta "superman". "El país de los ciegos el tuerto es el rey".

Esto quiere decir, que hay diversas capacidades que se ven melladas por una u otra competencia social, entonces se produce un obstáculo en concreto para ese funcionamiento. El problema es que hay muchos obstáculos. Un paralítico cerebral puede ver la televisión, pero un ciego no puede verla, pero un ciego puede oírla, pero un sordo no puede oírla, pero un sordo puede ver los subtítulos, pero un ciego no puede ver los subtítulos, y un ciego y un sordo pueden usar un servicio en un bar pero un usuario de silla de ruedas no, y una persona que no tiene problemas de funcionamiento corporal y no tiene ningún enchufe no puede encontrar trabajo aunque pueda ver la televisión y pueda pasar por la puerta del bar libremente y una persona con funcionalidad normal, y con enchufe en su país puede tener problemas en este país y si es mujer y si tiene otro color de piel y tiene otro orientación sexual y si está enfermo y si es viejo y no puede ver la televisión porque no tiene…

La pregunta es: ¿a qué tipo de ideales estamos sirviendo para tener permiso para despreciar al otro?.

Leyendo esto no hay muchos grupos desfavorecidos sino un gran grupo de damnificados por esos ideales, por la búsqueda incesante, voraz y a veces cruel de un grupo de ideales que además no corresponde a la población global sino sólo a una parte.

Así el problema es de conciencia de esos ideales y por tanto, el avance muy significativo en sólo un grupo social, puede menoscabar la atención a otros grupos de ir en detrimento de la conciencia global.

Si una ciudad invierte mucho dinero en, por ejemplo, los accesos a lugares públicos para silla de ruedas, puede ser que todo el mundo tenga por sabido que ya ha hecho una buena acción y sea suficiente, cuando por ejemplo, continúa el desprecio social hacia el colectivo de otra orientación sexual, por ejemplo.

Por todo esto, creo que es imperativo el diálogo entre los grupos sociales de desfavorecidos de cualquier índole. Por qué no hay ninguna lucha social que sea patrimonio exclusivo de un colectivo. El avance social ha de ser en conjunto de grupos sociales desfavorecidos y grupos que no lo son. La lucha por la conciencia social es de todos, para que ganemos todos cuando gane un colectivo.